Juan Felipe Aguirre logró un sueño desde niño, llegar al Atlético Nacional
El defensor verdolaga esperó con paciencia su turno y ahora es titular inamovible.
Cosechar un sueño desde niño y lograr obtenerlo años más tarde, fue la ilusión de Juan Felipe Aguirre, ahora al llegar al equipo más grande de Colombia, trabaja todos los días el doble de lo propuesto, para lograr sus grandes objetivos que tiene trazados a corto plazo
El zaguero central verde, fue entrevistado por el periódico un o de los medios más importantes del país sobre su carrera y su gran momento en Atlético Nacional.
¿Cómo asume este momento de su carrera?
“Muy feliz, viviendo un sueño día a día y con mucha expectativa de asumir estos partidos que vienen que son muy importantes”.
Háblenos un poco de sus inicios en el fútbol...
“Nací y me crie hasta los 8 años en Castilla, abajito de la Unidad Deportiva José René Higuita, por la iglesia San Judas. Después me fui para Las Cabañitas en Bello. Según mi mamá, empecé a jugar a los 4 años en la Universidad de Antioquia, ella me metió porque ya no aguantaba más que le rompiera las porcelanas (risas). A los 10 años jugué una temporada en Envigado y después en un equipo de Campo Valdés del periodista Giovanni Valencia. A los 11, me presenté a la escuelita de Nacional, me recibieron los profes Nicolás Herazo y Diego Echavarría, que me dijeron que me inscribiera con ellos que el otro año podía jugar Ponyfútbol y ahí empezó mi proceso con Nacional”.
¿Siempre fue zaguero o jugó en otra posición?
“Siempre defensa, es lo que he sabido hacer”.
¿Y a quién admiraba en esa posición?
“Mi papá hablaba mucho de Andrés Escobar y aunque no tuve la oportunidad de verlo, cuando iba a la unidad deportiva de Belén y veía su estatua, yo decía que quería ser así de grande. De los que veía me gustaba mucho el español Carles Puyol por su entrega en la cancha que, sin ser el más técnico, siempre mostraba ganas y garra, dejaba todo por el equipo”.
Usted constantemente menciona a Dios, ¿de dónde surge esa relación con la fe?
“Tuve un momento muy difícil en mi vida, cuando estaba en Leones y me lesioné la rodilla y mi papá estaba luchando contra un cáncer de carótida durante 15 años. Me lesioné y él murió como al mes, después me operaron. En fin, fueron días muy difíciles que incluso me llevaron a pensar en dejar el fútbol, pero no podía hacer eso porque mi papá fue siempre el que me apoyó. Pero Dios me permitió conocer a la que hoy es mi esposa, la conocí en una estación del metro y ella estaba yendo a la iglesia cristiana, me llevó y sentí el toque de Dios, una tranquilidad y una paz impresionantes. Empecé leyendo la Biblia, orando y lo que siento hoy no lo puedo describir. Siempre le doy la gloria a Dios, porque uno pasa por momentos difíciles y de duda, pero él es el que tiene el control y hay que dejar todo en sus manos. Con paciencia y disciplina, Dios me tiene donde estoy”.
¿Cómo asumió el momento en el que le tocó irse de Nacional y que no le daban la oportunidad en el club?
“Obvio que cuando me fui estaba con la espinita de no haber debutado con el equipo. Era en la época de Osorio (Juan Carlos), pero en aquel momento no se le daba mucha oportunidad a los juveniles. Se perdieron muchos jugadores con demasiado talento, entre ellos Víctor Cantillo que hoy es reconocido en Brasil como un gran jugador. Me fui con esa deuda y con el sentimiento en el corazón de que quería volver a Nacional y brillar, pero pensaba que ya no iba a ser posible”.
¿Cómo se dio ese regreso?
“Yo estaba en Uruguay y me llamaron de Nacional, me dijeron que estaba en una lista, que me iban a observar. Como siempre, lo dejé en manos de Dios y después me confirmaron que todo iba avanzando y que era de los fichajes para llegar al club y no me lo creía. Fue una felicidad total, es un sueño, no solo mío sino de toda mi familia”.
¿Siente la presencia espiritual de su papá?
“Sí, recuerdo que desde niño me llevaba a todos los entrenamientos, no se perdía nada e hizo todo lo humanamente posible para que yo fuera futbolista. Es triste mirar a la tribuna y no verlo, pero yo sé que está orgulloso de que yo esté viviendo este sueño”.
¿Qué disfruta en sus ratos libres?
“Estar con la familia, con mi esposa, jugar con mi hijo. También me encanta leer. Nunca me ha gustado la fiesta ni el licor, mi papá me inculcó eso, vi el ejemplo en él y siempre hago cosas tranquilas en familia”.
¿Cómo se llaman esos seres especiales para usted?
“Mi esposa Manuela, mi hijo Samuel que tiene 2 años, mi mamá Margarita, mis hermanas Valentina y Vanessa. Ellos siempre me han apoyado en todo y hoy en día, cuando las familias están tan separadas con peleas y discordias, hay que valorar las personas que se tienen cerca”.
¿Qué destaca del proceso actual del club?
“Hoy que veo a tantos juveniles entrenando, aprendiendo, cogiendo experiencia, es muy importante porque Nacional tiene mucho jugador para sacar, exportar y darle títulos. Esa mezcla de experiencia y juventud es muy importante. Es una familia en la que nos respaldamos, en la que todos tomamos las decisiones juntos y esos se ve en la cancha”.
Emanuel Olivera se fue y llegó usted, ¿qué pensaba cuando algún sector de la hinchada lo menospreciaba?
“Fue un reto muy difícil, porque tenía otras opciones que podían ser las más fáciles, las más cómodas, pero siempre me ha gustado ir por más, porque sé que no voy solo sino con la gracia de Dios. Sabía que la gente reconocía a Olivera porque dejó una huella y también llegaban otros centrales de gran nombre. Sabía a lo que me enfrentaba, que, de pronto, iba a ser el último en la fila, que tenía que ganarme las cosas. Tenía mucha fe y sabía que por encima del talento siempre está la constancia, el sacrificio, la disciplina y espero seguir así, porque la verdad no he ganado nada hasta ahora y quiero conseguir demasiadas cosas con este club”.
¿Cómo decirle al hincha de Nacional que tenga paciencia con este proceso?
“La gente debe entender que los procesos son importantes y que no solo se ven acá en Nacional sino también a nivel mundial con los clubes más grandes. Llevamos seis meses y se han logrado cosas buenas. Sabemos que este escudo pesa y qué bueno sería aportar a este proceso con títulos, pero hay que ser pacientes, porque vamos por el camino correcto”.
¿Quiénes son sus amigos en Nacional?
“Con todos me la llevo muy bien, pero siempre estoy muy cerca de los juveniles, porque los entiendo ya que estuve en su posición y cuando uno subía no tenía quién le diera consejos, lo frenara, lo acogiera y quiero ser un ejemplo para ellos. Alentarlos para que no se frustren, para que tengan paciencia y sacrificio. Este club es una familia y no hay peleas, ni rencores, ni envidias”.
El técnico Autuori habla muy bien de usted, ¿qué siente cuando él lo elogia?
“Es un orgullo. Cuando escucho esas palabras de él hacia mí me dan ganas de llorar, porque una persona con tanto recorrido y con tantas cosas que ha ganado y que hable así de vos después de que le ha tocado dirigir a tantos cracks, eso me honra, me motiva. Son cosas de la gracia de Dios. Espero seguir creciendo, mejorando y callando bocas”.
Al principio se decía que este Nacional iba a fracasar, que porque tenía una nómina muy liviana, ¿cuál es la clave para superar las críticas e ir alcanzando los objetivos?
“Creer en nosotros mismos. Incluso, muchas veces critican las ruedas de prensa del profe Autuori, porque se muestra con mucha tranquilidad, pero eso ha sido fundamental para nosotros, porque si nuestro líder se muestra desesperado o ansioso, ¿qué nos va a transmitir a nosotros? Esa tranquilidad nos ha ayudado mucho. Respeto la crítica del hincha, pero ellos solo nos ven los días de los partidos, nosotros estamos día a día entrenando, viendo cómo están los jugadores, qué sienten y qué piensan”.
¿Con qué más sueña?
“Llegar a la Selección Colombia y algún día jugar en Europa, pero todo a su debido tiempo. Por ahora quiero enfocarme en Nacional, hacer mi historia en este club, dejar huella y lo demás llegará por añadidura”.
¿Qué le aportan los más experimentados?
“La tranquilidad, porque uno como joven todo lo quiere rápido. Además, también aportan liderazgo y confianza”.
Es un hombre de cine, música y literatura
¿Le gusta el cine?
“Sí, sobre todo veo películas con mi esposa que me pone a ver las de amor (risas). Hace rato no me veo una de acción, y con mi hijo siempre disfruto las de Disney y las caricaturas que también me gustan mucho”.
¿Y la música?
“Escucho muy variada, me gusta ponerle atención a la letra de las canciones. Obviamente que sean canciones que me edifiquen, que me dejen un mensaje”.
¿Los libros qué?
“También me gustan, sobre todo la Biblia, leer sobre el cuerpo, cómo funciona por dentro y por fuera, también sobre nutrición. Me gusta absorber información de lo que más pueda, porque de esa forma ayudo también a los demás”.
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Texto escrito por José Tomás Cortés Díaz
Por José Tomás Cortés Díaz.
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