Un año sin el "Coloso" Freddy Rincón; su recuerdo sigue vivo


El histórico jugador colombiano falleció el 13 de abril de 2022 tras un accidente de tránsito en Cali.

El 11 de abril del 2022, Colombia se levantó con una dura noticia: el grave accidente sufrido por una de sus glorias futbolísticas, Freddy Rincón, en inmediaciones del Pascual Guerrero.

Cadenas de oraciones y romería de amigos, aficionados y gente del fútbol fue lo que siguió después en la Clínica Imbanaco, a donde fue llevado el ‘Coloso’ luego de impactar fuertemente su carro con un alimentador del MÍO.

Los médicos hicieron todo por salvarle la vida y Freddy, como lo hacía en la cancha, luchó para ganar el partido más importante de su vida.

Sin embargo, para dolor del fútbol y para todos los que vieron pasearse victorioso por muchos estadios del mundo al exjugador de 1.85 metros de estatura, el 13 de abril del 2022 el ‘Coloso’ de Buenaventura falleció.

Su muerte produjo gran dolor en el mundo del fútbol, que le reconoció lo hecho durante su carrera.

Ha pasado un año sin Freddy, pero su recuerdo permanece intacto en la memoria de sus seguidores y familias.

Testimonio de amor

María Teresa Rincón tuvo una relación muy estrecha con su hermano Freddy. Fue ella quien dio el aval para que el ‘Coloso’ se fuera a probar suerte en Santa Fe, a mediados de los 80, y vía telefónica siempre estuvo pendiente de él, acompañándolo con consejos oportunos, sin importar el país donde estuviera jugando.

María Teresa recordó momentos de una de las glorias del fútbol colombiano.

¿Qué ha sido lo más duro sin Freddy?

“Quedarnos sin él, saber que no se cuenta con ese gran ser humano, que ya no llegan esas llamadas. Ha sido un año demasiado difícil. Yo tenía una terapia y era que para mí Freddy estaba viajando, entonces no lo veía muerto; hasta que un sacerdote me dijo que no hiciera más eso porque me estaba haciendo daño, que afrontara la realidad. Por eso he empezado a vivir ese duelo, porque lo hacía viajando”.

¿Cómo era todo cuando llegaba a Buenaventura?

“Después de que él llegaba a Buenaventura aparecía todo el mundo en la casa porque sus amigos querían compartir con él. Freddy venía acá y se iba para el centro, para la cancha de La Independencia, o los amigos lo invitaban a comer a sus casas”.

De los recuerdos que tiene, ¿encontró alguno que le llamara la atención?

“Yo siempre guardaba los recortes de prensa y cada que busco algo encuentro algún artículo donde hablaban bien de él. Pero eso produce dolor, por un lado son cosas buenas, pero por otra saber que ya no está es muy duro”.

¿Cuál fue el momento más duro de Freddy?

“El problema que tuvo en Panamá... Esa fue la situación más difícil que tuvo que afrontar. Fue un dolor muy grande para toda la familia”.

¿Y el más feliz?

“Tuvo muchos momentos felices gracias a Dios, como el gol a Alemania en Italia 90. Fue algo espectacular, siempre lo recordaba”.

¿Los amigos siguen cercanos?

“Con algunos me encuentro. Tengo contacto con Juan Reyes, que fue su mejor amigo; nos vemos y tenemos la misma conversación. Los 13 de cada mes se le hace una eucaristía y los amigos más cercanos siempre asisten”.

¿A Freddy le quedó un sueño por cumplir?

“Fueron muchos sueños que se le truncaron. Por ejemplo, siempre confesó su inocencia en el problema que tuvo en Panamá, pero cuando todo se aclaró no deja de quedar el nombre implicado en una situación tan difícil que lo afectó a él y a nosotros, como familia sufrimos mucho”.

¿Habló con Freddy antes del accidente?

“Sí, hablamos algunas cosas personales, lo último que me dijo era que me relajara, que con el poder de Dios todo los problemas se solucionaban; yo le decía: ‘listo negrito, sí, así es’”.

¿Él siempre estuvo atento a la familia?

“Siempre y desde donde estuviera. Una vez me dijo que le pedía a Dios que nosotros estuviéramos tranquilos, sin problemas de nada, que donde estuviera tenía un pasaje abierto por si nos pasaba algo”.

¿Cómo comenzó la ilusión de regalarle una casa a la mamá?

“Cuando estaba en Santa Fe le mandaba plata a mi mamá y acá se guardaba; cuando calculó que había para empezar a trabajar, pidió que buscáramos a don Casqueto, un señor que vivía cerca de la casa, para que comenzara los trabajos. Así inició todo”.

¿Darle la casa a su mamá fue una de sus victorias?

“Fue su más grande victoria. La casa era de madera y había una parte que ya estaba cediendo. Recuerdo que mi hermano mayor, Tomás Humberto, dijo que cotizáramos para arreglar esa parte. Yo reuní unas monedas y me fui a Telecom para llamar a Freddy. Le comenté lo sucedido y me dijo claramente: “Dígale a Beto que no le meta más nada a la casa, que ya él hizo su parte, ahora me toca a mí, que yo la construyo’”. Y así fue. Le hizo la casa a mi mamá. Luego, en un diciembre que vino, se apareció con equipo de sonido y ese día se inauguró la casa con muchos amigos presentes. Al final le dijo a mi mamá que le había cumplido lo prometido”.

¿Ha ido al sitio del accidente?

“No, solo paso por allí cada que voy al Camposanto a visitarlo... Es una amargura cuando atravieso ese sitio. Nunca me he detenido y no pienso hacerlo”.

¿La convenció la investigación de la Fiscalía que determinó que Freddy sí conducía la camioneta?

“Sinceramente no sé nada de ese tema, o por lo menos nosotros los hermanos no sabemos porque no nos volvieron a decir nada. Yo no quisiera hablar de eso porque es doloroso, ya perdí a mi hermano y por más que digan o hagan, no lo voy a recuperar. Dicen que la mejor justicia es la divina y en esa confío”.

¿Cree que Colombia le hizo el homenaje que Freddy Rincón se merecía?

“Para mí no, porque todo lo que uno escuchó y vio lo que hizo Freddy por el país... Al menos no lo he visto y si lo han hecho no me enteré. Pero lo más importante es que su familia lo quiere; el dolor que quedó es muy grande y no pasará nunca”

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