La pista de bicicrós, última morada del gran Leoncio Castrillón


Con alegría y al son de la buena música de papayera, cómo él siempre lo quiso, las cenizas del icono del bicicrós Itagüiseño descansan en la pista que pronto llevara su nombre.

Con una sentida pero muy sencilla ceremonia, las cenizas de Leoncio Salvador Castrillón Rúa fueron esparcidas en la pista de bicicrós de Itagüí, aquella que tanto amó y convirtió como una de las mejores, ecológicas y mejor cuidadas de Colombia.

Al acto, llegaron muchos personajes de los que, en vida del maestro, tuvieron un contacto directo, no solo en su labor, también aquellos deportistas que hoy deslumbran en sus pequeños pedalazos, como también los cuatro mundialistas del reciente campeonato orbital en Nates-Francia.

Igualmente, su esposa Abigail Vallejo y su hijo Juan Carlos que en un pequeño cofre llegaron con las cenizas de Castrillón Rúa, a la sencilla, pero muy sentida ceremonia.

Luego de unas pequeñas palabras de directivos, deportistas y la representación de la vieja guardia en cabeza de Santiago Restrepo, el popular “Comegato”, se procedió a la esparción de los restos del ilustre técnico, al compás de una papayera que acompañaba el ritual, así como la liberación de varias mariposas al aire, símbolo del vínculo entre la existencia y la naturaleza, como lo quiso el icono del bicicrós Itagüiseño.

Leoncio Castrillón, fortaleció y prácticamente fue el creador del bicicrós en Itagüí, durante 35 años levantó esta disciplina y la sostuvo, dándole vida deportiva a más de 1500 bicicrosistas, varios de ellos, como él lo decía, “se los arrebata a la calle y a las equinas”.

El pasado 11 de julio, el querido maestro, dueño de una sonrisa paternal, falleció victima de un cáncer de páncreas, fallas hepáticas y renales, pero su legado quedará tatuado eternamente en la pista que pronto llevará su nombre.

Galería de imágenes con: (17 Fotos)

Comentarios