Murió Luis Gerónimo López, un maestro del arco en Colombia


Nacido en Argentina, llegó a Colombia en 1974 y se quedó para siempre. Falleció este jueves. Perfil

Luis Gerónimo López no solo fue un agradecido de jugar en Colombia, sino que se quedó en el país para siempre y se convirtió en uno de los mejores formadores de porteros del fútbol nacional. Por su guía pasaron porteros como Agustín Julio, Armando Navarrete, Eddy Villarraga, Luis Fernando Sánchez Camilo Vargas, y otros a los que entrenó en los clubes por los que pasó, como Óscar Córdoba Faryd Mondragón.

Pero antes de eso, el ‘Negro’, como todo el mundo del fútbol lo conocía, fue uno de los grandes arqueros que llegó a jugar en el fútbol colombiano. Rápido, ágil, extraordinario en los cierres, podía darse el lujo de decir que fue campeón tanto con Santa Fe como con Millonarios. López falleció este jueves, a los 75 años, tras luchar durante años contra un cáncer.

Sus enseñanzas como entrenador de porteros las recibió, curiosamente, como autodidacta. Ese puesto no existía. Pero López había tenido al mejor de los maestros que podía encontrar en Argentina, Amadeo Carrizo. Fue su suplente en River Plate. Pero no le dio muchas oportunidades de jugar. Estuvo entonces en Almagro, Argentinos Juniors, alcanzó a jugar en España, con Celta de Vigo, y también fue a Perú, a Deportivo Municipal.

Este último equipo sufrió problemas económicos y López terminó abandonado a su suerte en Lima. Osvaldo Panzutto, histórico goleador de Santa Fe, lo recomendó a ese club y así llegó a Colombia, en 1974.

Lo curioso es que casi no se queda. No arregló contrato inicialmente. Sin embargo, Santa Fe tenía un partido amistoso contra América de Río de Janeiro y se había quedado sin porteros. Le dijeron que le pagaban por ese juego: fue figura. Al día siguiente lo firmaron.

Al año siguiente, Santa Fe ganó su sexta estrella, con el ‘Negro’ en el arco. En 2012, de su propio puño y letra, López explicó las razones de ese éxito. “El primer acierto de ese Santa Fe fue contratar a don 'Pancho' Hormazábal como técnico. A mí me preguntaron qué técnico podía recomendar, hablé con Juan Carlos Sarnari y salió su nombre. Luego, llegaron jugadores de altísimo nivel, como el propio Sarnari, Pandolfi y Recúpero, estos dos campeones argentinos con Chacarita. Ellos, más Óscar Bolaño y Alfonso Cañón, el mejor jugador de la historia de Santa Fe, y Ernesto Díaz, eran las figuras. El resto éramos los 'picapiedras': 'Cachaco' Rodríguez, Bernardo Chía, el 'Guajiro' Pacheco. Fuimos un grupo muy unido y aún lo somos”.

En 1977 pasó de Santa Fe a Pereira y ese año, el técnico Blagoje Vidinic decidió reforzar la Selección Colombia con jugadores nacionalizados: ya había convocado en 1976 al argentino Raúl Navarro para un partido contra Uruguay.

Desde el arco de la Selección, le tocó vivir dos hitos contra Brasil: el primer punto que ganó Colombia contra ese rival y una de las peores goleadas, el 6-0 en el Maracaná. Incluso le hicieron un gol casi desde la mitad de la cancha.

“Habíamos igualado 0-0 en Bogotá. Fue el primer empate que se le sacó en una eliminatoria. Y para el partido de vuelta, Brasil necesitaba ganar para clasificar. Cuando llegamos a Río de Janeiro, nos querían comer vivos. Y nos golearon. El gol más memorable fue el que me hizo Francisco ‘Pacho’ Marinho. Nace de una jugada en la que Arturo Segovia le mete un pase desde atrás a Willington Ortiz. Entonces Marinho se le anticipa y gana la pelota. Yo estoy casi en la línea del área grande y empiezo a retroceder al arco. Él me ve adelantado y mete un zurdazo de media distancia. Cuando yo veo la pelota en el aire, me digo: ‘¡Me estiro, y aunque sea salgo en la foto!’ (risas). Yo sabía que era una pelota imposible de parar y fue un golazo tremendo”, recordó en 2008.

De Pereira pasó a Millonarios, con el que también salió campeón, en 1978, y compartió allí con Willington Ortiz, el mejor jugador que tuvo a su lado. Así explicó su importancia. “Jugábamos la Copa Libertadores del 79. Íbamos a enfrentar en Bogotá a Independiente de Argentina. Willington, que era un ‘monstruo’, se había desgarrado, lo habían operado y todavía tenía la herida viva. No podía jugar. Juan Eduardo Hobberg, el técnico, me dice: ‘Gerónimo: por qué no hablás con él y lo convencés. Yo solo quiero que se vista de jugador, entre a la cancha y a los cinco minutos, lo saco’. Eso lo pensó Hobberg para cambiarle los planes a José Pastoriza, el técnico de Independiente. Fui a hablar con Willington y lo convencí. El negro salió a la cancha, pero jugó los 90 minutos, fue la figura del partido”, relata.

Títulos Millonarios

López, último en la fila de arriba, con Millonarios, en 1978. Foto: Cortesía Guillermo Ruiz Bonilla

En 1980 pasó a Nacional, en canje por Raúl Navarro, pero solo duró seis meses. Se fue al Medellín, por año y medio, y ya estaba retirado cuando lo llamó Alonso ‘Cachaco’ Rodríguez para el Quindío, en 1982. Ese semestre fue el último de su carrera.

Fue formador de arqueros durante muchos años, entrenó porteros tanto en Santa Fe como en Millonarios y les dio luces a muchos jugadores en ese puesto. Incluso también lo hizo con el fútbol femenino, en la Liga de Bogotá. Pero también luchó muchos años contra el cáncer. En 2007 vivió un momento crítico.

“Me abrieron el abdomen a lo ancho, me sacaron el hígado, le dieron la vuelta y encontraron por detrás el pedacito malo, que medía dos centímetros; lo derritieron y según los médicos, me dejaron limpio”, declaró en 2008. Ahora perdió la pelea. Paz en su tumba.

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