"Aún me queda algo más por hacer en Colombia" Sofía Navarro


La exgerente deportiva de Atlético Nacional Femenino habló sobre su vida deportiva y lo que significó estar en el club verde de Antioquia. La colombo-argentina dedicó más de tres años a desarrollar un proceso deportivo serio y responsable, que hoy es ejemplo para los clubes femeninos del país

En junio, debido a la pandemia, Sofía, hija del exportero Raúl Navarro, se despidió de la ciudad de la Eterna Primavera y volvió a su tierra natal a seguir aprendiendo y formándose como dirigente deportiva. Entre experiencias, dificultades, expectativas, anhelos, recuerdos y sueños, hace una radiografía de quién es, del fútbol femenino y de su carrera en Colombia.

¿Cómo se define Sofía Navarro?

“Me considero una persona con un carácter tranquilo, pasional en mis metas y proactiva en mis acciones. Soy una persona resiliente y a la hora de adaptarme a alguna situación soy muy receptiva; como lo es también mi perseverancia hacia lo que deseo. Desde pequeña tuve una socialización muy rica en culturas por los viajes en la carrera de mi padre, y a la hora de emprender retos siempre llevo conmigo como filosofía la importancia de un equipo de trabajo lo más diverso posible, cada uno con libertad total para trabajar en los objetivos; esa libertad y confianza genera resultados magníficos, pero también es de suma importancia tener al grupo de trabajo indicado. Me siento identificada con el liderazgo sano, con el liderazgo libre y no desde la autoridad que ejerce la palabra jefe”.

 

¿Qué fue lo más difícil de empezar en Colombia?

“Encontrarme en otro país con una cultura diferente, si bien soy una persona que se adapta bastante rápido, no fue fácil. Cuando llegué a Colombia estuve 3 meses en Bogotá esperando hacer contacto con algún dirigente de la institución; lo que generaba mucha incertidumbre. Luego en proceso de iniciar el proyecto en el Club; estudiar cada área y analizar cómo podían trabajar en conjunto frente al objetivo del proyecto. Ensamblar todas las áreas con el fútbol femenino (equipo profesional y divisiones formativas) llevó mucho tiempo y desgaste, si bien siempre hubo buena predisposición era una familia muy grande”.

 

¿Qué fue lo más satisfactorio de los años como dirigente deportiva de Atlético Nacional?

“Lo más satisfactorio para mí fue ver como esa estructura en la que tanto trabajé en conjunto fue tomando forma, se fue fortaleciendo y hoy en día es una estructura que puede ir sola, como también ser tomada como ejemplo para otros proyectos. Nunca voy a olvidar el día que se logró que las jugadoras del plantel profesional tuvieran su espacio en Guarne para entrenar, con el traslado del bus del Club, con accesos a las canchas de grama natural, al centro de alto rendimiento, con una estructura que trabajaba de la mano bajo el mismo lineamiento que el equipo masculino; es decir, lograr ese ensamble de todas las áreas de la institución (mercadeo, comunicaciones, área médica, nutrición, área administrativa, escuela, etc) para trabajar bajo el mismo objetivo del proyecto femenino es algo de lo que estaré orgullosa siempre. Aclaro…no fue fácil, pero se hizo un gran trabajo en general; aún queda mucho por fortalecer y seguramente seguirán fortaleciéndolo”.

 

Ahora que está en Argentina, ¿Cuáles son sus sueños y metas? ¿Qué sigue para Sofía?

“Por el momento, estoy disfrutando de mi familia, estudiando mucho sobre la actualidad del fútbol femenino en Argentina; en tres años que estuve ausente todo avanzó en gran escala; mis días se basan en agradecer que mis seres queridos gozan de buena salud y estudiar más sobre la gestión deportiva, modelos de gestión que pueden implantarse en las estructuras de las instituciones, actualizándome con leyes de diversidad e igualdad de género. Este año es muy particular para todos, es un año donde sin estar preparados tuvimos que hacer muchos cambios, donde la economía está muy afectada, lamentablemente generó un retroceso en muchos aspectos de la vida; actualmente analizo propuestas de instituciones deportivas en Argentina y el exterior, pero como mencioné anteriormente, frente a la situación actual que vivimos toca analizar muy bien los proyectos y los retos”.

 

¿Volvería a Colombia a acompañar el fútbol femenino? ¿Tal vez en otro club?

“Por supuesto. Colombia me enseñó mucho, no solo en lo deportivo sino también la cultura y la sociedad. Siento que aún me queda algo más por hacer en Colombia; soy muy exigente con mis objetivos y todavía puedo dar mucho más para el crecimiento del fútbol femenino. Si bien estuve vinculada con Atlético Nacional, donde hay una historia, una huella y al cual le tengo mucho respeto y agradecimientos, mi profesionalismo y compromiso de seguir trabajando para fútbol femenino es para todas las instituciones deportivas”.

 

¿Cómo percibe el fútbol femenino profesional y formativo en Colombia desde afuera?

“El fútbol femenino colombiano está creciendo muchísimo; los buenos desempeños que ha tenido la selección, el rendimiento de las jugadoras en la liga profesional, la participación en torneos internacionales y el compromiso de las entidades deportivas para la formación de jugadoras se refleja en el crecimiento de la disciplina en el país. La situación a nivel mundial y la crisis económica que viven las instituciones ha retrasado el crecimiento del fútbol femenino. Se corre el riesgo de perder muchas jugadoras en formación frente a este panorama, lo mismo pasa con categorías masculinas. Temo que las jugadoras se desmotiven por falta de interés de las instituciones frente a la falta de competencia. Pero aquí justamente es donde hay que trabajar, en este último tiempo saco algo positivo: vi por primera vez la unión de los clubes, la Federación, la Dimayor, el Ministerio de Deporte y las jugadoras. El surgimiento de un proyecto integral con una estrategia y un plan de acción organizado. Puede que lleve tiempo, pero ya se habla en un mismo idioma. Cuando se trabaja en equipo es cuando se progresa; un claro ejemplo es la liga española y su progreso”.

La colombo-argentina ha seguido el legado y el amor de su padre, exportero de Atlético Nacional, Millonarios, Huracán, entre otros equipos, de quien heredó el amor al fútbol y sus convicciones.

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