“El árbitro es el objetivo más claro para echarle la culpa”. Castrillón Rúa


Una lesión hizo que abandonara el fútbol activo y se metiera al arbitraje

Vladimir Darío Castrillón Rúa es un árbitro de fútbol, un ex futbolista que una lesión en los gemelos le hizo abandonar el balompié para dedicarse al juzgamiento, ya que no soportaba quedarse fines de semana consecutivos en su casa.

Hizo el curso de arbitraje inicialmente para pitar en Girardota, luego de terminado este se quedó en Arbiantioquia, desde entonces está en esa escuela de juzgamiento seis años ininterrumpidos.

En la Liga Antioqueña ha dirigido en todas las categorías desde Sub 9 hasta Primera A, Intermunicipales, coloniales pero solo liga: “Lo más difícil dentro del arbitraje ha sido manejar la parte emocional, separar esta de la parte deportiva, porque el árbitro debe de ser el más neutro y tranquilo dentro del terreno de juego, aprender a manejar las emociones es lo más difícil del arbitraje”. Comenta Castrillón Rúa.

Manifestó que en el trajinar por las canchas le ha tocado juegos complicados: “Entrerríos vs Ituango de local el primero, en el torneo Intermunicipal, fue muy disputado y muy arduo, ganó Entrerrios 2 x 1 en el tiempo de adición, el juego tuvo toda clase de sucesos que se presentan en un partido de fútbol definiendo el paso de un equipo a la siguiente ronda, por el nivel del partido fue el que más esfuerzo me ha representado, esfuerzo físico, mental, resolver problemas en segundos”.

Como cualquier árbitro, también ha dirigido a grandes amigos, pero como todo profesional separa la amistad de su trabajo: “Los amigos van para toda la vida, un juego de fútbol es de 90 minutos, en el juego yo resuelvo mi partido, ellos resuelven el de ellos, me concentro en lo que me corresponde, una vez finalice el partido seguimos siendo amigos, pero lo que me interesa a mi es resolver mi partido, pueden estar mis mejores amigos, hermanos o mis hijos”.

Vladimir se ve por mucho tiempo en la actividad arbitral: “A futuro me veo como estoy en la actualidad, sirviéndole al arbitraje desde la veeduría, pitando menos pero formando árbitros y apoyando el colegio desde la veeduría y buscando nuevos talentos”.

Tiene muy claras las recomendaciones de los jefes inmediatos: “En el arbitraje las recomendaciones que hay que hacer es que: Un árbitro es árbitro en cualquier parte, desde que se decide ser árbitro tiene que comportarse como árbitro, vivir como árbitro, sentir como árbitro, tener buena presentación y preocuparse por el estado físico, preocuparse por sus actos dentro y fuera de la cancha, eso es lo que se más se recalca en el colegio de árbitros”

Cómo juez centrado, dice que la parte emocional es fundamental para evitar las equivocaciones: “Es un trabajo mental, la parte emocional es fundamental en el árbitro, cuando esté fuerte mentalmente y aprende a entender que el arbitraje es pasional, que el fútbol es pasional, usted tiene que marginarse de eso, porque los aficionados quieren ver ganar a su equipo a toda costa, los padres de familia quieren ver triunfar a sus hijos a como dé lugar, no siempre siendo los mejores, pero también los quieren ver ganar. Un árbitro está expuesto a todo ese tipo de situaciones, a ese tipo de gritos e insultos, el árbitro es el objetivo más claro para echarle la culpa en el juego, por eso debe de ser el más fuerte mentalmente. Cuando se entra al terreno de juego debes de estar desprovisto de cualquier miedo, lleno de valentía para afrontar todas esas cosas”.

Para él, el juzgamiento en el país ha ido progresando: “El arbitraje en Colombia ha ido creciendo pese a que en los torneos siempre van a ver comentarios porque los árbitros no somos perfectos, aun  así el arbitraje en el país ha ido creciendo y va a seguir creciendo, la tecnología es algo que va a estar en el arbitraje, en el VAR muy pronto lo vamos a ver, porque es una ayuda, el salvavidas que le tiran a los árbitros, sobre todo a los que están en la categoría élite para que los errores no sean tan visibles en el fútbol, para que el trabajo de nosotros sea mucho más justo”.

Vivencias

“Mi primer partido intermunicipal de Liga Antioqueña de Fútbol fue en el municipio de Cáceres, jugaban el equipo local contra Ituango con el tuve una experiencia muy buena, en esa oportunidad ganó el local 3 x 1, pero expulsé un jugador de cada equipo, al finalizar el juego los delgados de cada conjunto se me acercan y me dicen que echáramos de menos las expulsiones para que no los perjudicaran, lo que yo les dije era que estaban buscando la persona equivocada, que me habían mandado a hacer un trabajo y no a acomodar los errores de los jugadores en el campo, entonces eso es un arma de doble filo, puede que ellos no lo hubiesen hecho con doble intención, o pudo haber sido con la doble intención de medirme el aceite, Entonces a mí me mandaron a hacer las cosas bien, los jugadores están expulsados y expulsados se quedan, fue lo más curioso que me ha pasado, un intento de soborno o de acomodación. Nunca me han ofrecido dinero y que NI me lo ofrezcan”.     

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