Historia detrás de las canciones: Hoy, Gladiolo-D’Arienzo-Echagüe


Grabado en el año 1953 por la Orquesta del Rey del Compás Don Juan D’Arienzo, interpretado por su autor Alberto Echagüe, cuenta la historia de dos primos, uno en la opulencia y el otro en la escases

En la época de los años 50 el género del tango estaba en un gran momento, cantantes consagrados y otros que llegaban para dejar plasmadas sus inmortales voces en la canción ciudadana.

Gladiolo es un tema musical que compuso Alberto Echagüe vocalista de la Orquesta de Don Juan D’ Arienzo se inspiró en una historia de una familia muy cercana, Mariano y Raúl eran dos primos nacidos el mismo día, el primero tuvo la fortuna de nacer en cuna de oro ya que su padre era un acaudalado empresario de la época.

Por su parte, Raúl le tocó llegar al mundo siendo su padre un humilde obrero que perdió la vida, en un accidente de tránsito meses después de que naciera. Los chicos crecieron en diferentes hogares, Mariano el hijo del industrial se levantaría en casa de su padre con todas las comodidades de entonces, mientras que Raúl compartía con sus dos hermanos las necesidades de cualquier familia humilde.

Fueron años de diferencias abismales, el hijo del opulento lo tenía todo, educación, comodidad y el bienestar, al cuidado de una empleada contratada solo para él, mientras que Raúl se levantaría con las necesidades de la gente escasa.

Un día, el padre de Mariano cae en quiebra, su empresa se vino a pique y todas las comodidades que el chico desde pequeño gozaba se fueron esfumando, la vida le cambiaría en su totalidad al que un día sería un “Pichón” de rico, sin embargo,  Raúl lo abrigaría entre su cariño y hermandad a pesar no crecer juntos.

El tango fue muy famoso y salió publicado en uno de los trabajos más importantes del Rey del Compás titulado “Yo me quedo con el tango”.

Letra de Gladiolo

Autor e intérprete: Alberto Echagüe

Orquesta: Juan D’ Arienzo

Año: 1953

 

Nacimos el mismo día, yo, en cuarto humilde y pobre

Vos en cuna de oro y nácar, entre sedas y algodón,

Y así­ te fuiste criando, más delicao que un gladiolo

Y yo en cambio como el cardo, castigao por el rigor.

Mi maestra fue la calle, sabia y dura consejera,

Cada piedra era un porrazo, cada día era un dolor,

Vos en cambio de la mano de una nurse muy teñida

Conocida entre los pibes por: “Madame Sambayón”.

 

Nunca te diste el gustazo

De trenzarte en una riña,

Ni mandarte en el “huequito”

Un partido de mi flor...

De esos que siempre terminan

Con el dedo gordo afuera,

A flor de la zapatilla

Con un tajo y un chichón...

Nunca te vi despeinado

Ni con las rodillas sucias,

Siempre limpito y planchado

Con tus cuellos al almidón.

No sabías de “biyarda”

Del “ainenti” y la bolita,

Ni llegaste con un “siete”

Colgando en el pantalón.

 

Pero todo en esta vida se termina cualquier día

Y al magnate de tu viejo, la cartera le dio fin,

Y vos igual que un gladiolo, después de una noche fría

Te viniste para abajo y empezaste a sufrir.

Aunque nunca me ayudaste cuando estuve en el pantano

Te perdono y esta mano te la estrecho sin rencor,

Porque sé que en esta tierra, somos todos como hermanos

Que nacimos de una madre... que tenemos corazón.

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