Joan Manuel Serrat y la verdadera razón de su adiós


Recientemente Joan Manuel Serrat daba la noticia que ninguno de sus fans, y son muchos, quería haber oído: su retirada. Una gira de un año para despedirse de "mis lugares" será el adiós del cantautor. ¿Por qué?. Joan Manuel Serrat se sinceró y no ocultó lo que le ha llevado a tomar esta dura decisión

"(...) Por eso antes de que llegue el nuevo día me iré hacia donde sea. Adiós, adiós amor mío y suerte (...)". Igual los versos de la canción de Joan Manuel Serrat Adiós, adiós amor mío y suerte hablen de un amor que se apaga y se marcha, y no tengan mucho que ver con su adiós de los escenarios. Pero, al final, es un adiós, una despedida, la que Joan Manuel Serrat va a tener que hacer durante un año de gira para despedirse de lo que ha sido su vida. Igual el dolor y el vacío es más fuerte para los que nos quedaremos sin volver a verle sobre un escenario. Dice que va a seguir componiendo, que él no va a jugar a la petanca, pero su Mediterráneo, sus Aquellas pequeñas cosas, su Fiesta, su Irene, su Caminante no hay camino no se volverán a escuchar encima de un escenario. ¿Por qué? Joan Manuel Serrat no quiso ocultar la verdadera razón de su despedida. ¡Qué triste, que este maldito virus, también se vaya a llevar a Serrat de los escenarios!

"Antes de que me despida un virus, la salud o el público prefiero despedirme yo. Cuando empecé no tenía una fecha de caducidad ni nunca me lo he planteado, pero lo que me ha hecho que me lo planteará han sido estos más de dos años", arrancaba Joan Manuel Serrat en una entrevista en El Hormiguero de España, después de recibir una de las mayores ovaciones que se recuerdan a un invitado al programa y después de emocionarse él y emocionar a todos al recibirla con la misma humildad, por mucho que el diga que con él no va la modestia, con la que siempre ha mostrado.

El virus ha ganado otra batalla. Los más de dos años de parón para Serrat y el no ver una luz al final del túnel para volver a subirse a los escenarios como antes son a bote pronto las razones por las que Joan Manuel Serrat ha tomado la decisión que nunca pensó iba a tener que tomar. "La pandemia nos ha fastidiado a todos y los que han tenido menos argumentos para pasar esta época es a los que más ha fastidiado. Yo lo he podido pasar muy cómodamente, solo, con mi señora. Tenía verde, animales, libros, ahora lo que sí se me hizo tremendamente largo era este periodo donde veías la imposibilidad de volver a los escenarios", relataba en su entrevista. Porque el artista que necesita ese escenario, ese contacto, esos aplausos, esos nervios de antes de, quitárselo es sentenciarle a una condena demasiado dura.

"VI UNA RENDIJA Y ME TIRÉ" JOAN MANUEL SERRAT

"Te planteaban música por streaming, pero es raro. Y sale feo, lo fea que sale la gente, incluso los guapos. Esto desmoraliza bastante. Ha ido pasando el tiempo, que no había posibilidades, abrían alguna sala al 50%, que es desangelado. Y cuando vi una rendija por la que me podía meter, me volqué y me tiré de cabeza, y empecé a pensar en esto. Si hubiera esperado más había una dificultad, que toda mi profesión está igual", confesaba anoche. Porque en las palabras de Joan Manuel Serrat, aunque calmado, se desprendía una necesidad de que no podía esperar, de que tenía que hacerlo ya, de que era ahora o nunca, de que así desde luego él no podía continuar.

"Espero una retirada suave, dulce, agradable y muy emocionante, pero lo justo para que pueda llegar hasta el final". Difícil lo tiene Joan Manuel Serrat. Sólo hubo que escuchar anoche el aplauso con el que fue recibido en el plató de El Hormiguero y las palabras de Pablo Motos cargadas de emoción y admiración para ser consciente -y seguro que él también lo sabe- de que las despedidas, porque va a ser una por cada concierto de la gira, van a estar dominadas por una emoción que su público no va a poder contener y que él tampoco. ¿Te imaginas cómo será ese último concierto en Barcelona? ¿O el de Madrid? ¿O el de Murcia? ¿O cualquiera de todos ellos? Se va a despedir al cantautor más importante, aunque él no lo quiera reconocer ni asumir. "He recibido muchas lágrimas y muchas muestras de afecto, pero creo que retirarse a los 79 no me parece una mala edad". No, mala edad no es, desde luego, pero lo dice con la boca pequeña.

Se intenta mantener firme Joan Manuel Serrat en su decisión, pero en el fondo cuando le escuchas hablar de toda una carrera dedicada a la música y a los escenarios, se desprende que el dolor, como la penitencia, va por dentro. El adiós de Serrat es el no querer seguir cayendo en un abismo al que nos ha llevado esta maldita y cruel pandemia. Es, en cierto modo, un miedo, el miedo a que un virus, una enfermedad se quien te retire y no pueda ser uno mismo el que pueda decidir el cómo, cuándo y el dónde. Joan Manuel Serrat ha querido y quiere que nadie tome esa decisión por él, ha querido ser él el que pueda decir adiós como él considera que debe serlo. Sigue siendo duro, pero es plantarle cara a quien cree que puede ganar esta batalla. A Joan Manuel Serrat su batalla, la de su despedida, no se la va a ganar nadie.

"¿Crees que no lo vas a echar de menos?", le preguntó Pablo Motos. Joan Manuel Serrat se puso serio o, tal vez, más bien melancólico: "Qué sé yo, no lo sé. Se toma una decisión con todos los riesgos que comporta. Con el tute que me voy a meter este año no creo que me queden ganas. Ojalá tenga ganas de volver porque será buen síntoma de salud, otra cosa es que vuelva". Ojalá.. Pero todos sabemos que cuando el 23 de diciembre de 2022 se apaguen las luces del Palau Sant Jordi de Barcelona y suene el último acorde de la canción que Serrat elija como su última canción sobre un escenario, será la última vez. ¡Qué punzada!

LA ANGUSTIA POR LA QUE JOAN MANUEL SERRAT NO QUIERE PASAR

Porque Serrat no sabe aún cuál será esa canción con la que diga adiós definitivamente. Asegura que en su cabeza tiene más o menos organizado cómo serán los conciertos, pero "todo lo que he planteado hasta ahora puede que no tenga nada que ver con el resultado". Desde luego esa última canción, que Pablo Motos insistía porque fuera Mediterráneo, para el presentador, "la mejor canción más bonita de todos los tiempos", Joan Manuel Serrat todavía no la tiene en la cabeza o, tal vez, la tiene, pero no la quiere confesar. Él mismo lo dijo anoche, "fundamentalmente de lo que se trata es que sea un concierto de despedida y así hay que entenderlo. Una despedida de un lugar donde tengo mis cariños, mis amores, mis paisajes, mis sabores... Si siempre cada concierto es único en este caso es absolutamente único". Blanco y en botella. Estarán todas, todas aquellas que todos hemos entonado, cantado, compartido, porque para Serrat esa será su mejor despedida. ¿La última? Tal vez no la quiere ni pensar precisamente por eso porque será la última. Siempre es mejor pedir la penúltima.

"No, no he pensado esa última canción. Siempre he sido un poco masoca, pero no llego a tanto. Sí empiezo a pensar en ese momento se me montaría una angustia... Yo, como Simeone, partido a partido". Partido a partido hasta ese 23 de diciembre. Porque como dijo es la despedida de sus lugares, de sus amores, de sus cariños y de sus paisajes, con lo que por mucho que planee los conciertos, nunca podrá ser igual el concierto de Madrid que el de Nueva York, el de Barcelona que el de Donostia, el de Bilbao que el de Zaragoza, porque para Joan Manuel Serrat esas ciudades, ese público es único y con cada una de ellas ha tenido su affaire. "A medida que vayan sucediendo los conciertos será la piedra donde se va a medir y dónde se van a ir reorganizando". C'est fini.

Serrat es música, son canciones, es el Mediterráneo, es Antonio Machado hecho música y es quien no duda en hablar se esa canción, "la más bonita de la historia", y reivindicar que "el Mediterráneo es un mar en sí mismo, un puente de cultura". "Lo natural de la gente no es que migre es que se quede en su casa. Cuando alguien agarra los bártulos y se va es por algo que le empuja (...) Yo soy hijo de inmigrantes y lo que ha hecho rica a la humanidad son las migraciones". Esto es Serrat. Habla de Mediterráneo y al momento habla de cómo la sociedad "maltrata todo lo que ignora". "Confunde su ignorancia con su necesidad de defenderse. A los viejos los trata como a clínex. Es gente usada desde que nació (...) Yo ya formó parte de ellos. Levanto todas mis banderas por ellos. Lo que tenemos que hacer los viejos es sacar un partido político de viejos porque nos une un maltrato, una idea, unas reclamaciones. Si ocurriera a muchos se les pondría un bubu así". Para quien no lo pille, se les pondría el culo apretado. Serrat en estado puro.

Me quedo, deberíamos quedarnos, con la frase final de Pablo Motos en la entrevista: "La vida no se mide por años sino por instantes mágicos y quiero darte las gracias por todos esos instantes que nos has regalado". Y con ese aplauso, el aplauso que seguro que recibirá en cada uno de sus conciertos de despedida. Porque Serrat se va, pero siempre quedarán esos instantes. "Son aquellas pequeñas cosas / Que nos dejó un tiempo de rosas / En un rincón / En un papel / O en un cajón..." Las que Serrat nos deja.

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