Murió Roberto Roena, leyenda de la Salsa dura y uno de los músicos más amados de este género


El legendario músico se une a la gran lista de iconos salseros de la Fania que ya partieron de este mundo

Roberto Roena, una de las grandes leyendas de la Salsa, reconocido bailarín, bongosero y director de orquesta, falleció en la noche de este jueves en Puerto Rico, según dio a conocer el director del Museo de la Salsa en Cali y amigo personal de la familia Roena, Carlos Molina Jr.

Brenda, hija de 'el gran bailarín', confirmó desde Puerto Rico la noticia, al indicarle a Molina Jr., vía telefónica, que el deceso del artista se produjo como consecuencia de un un infarto.

El director y fundador de la agrupación Apollo Sound no venía manifestando problemas de salud.  Sin embargo, según explicó Molina a El País, poco después de las 10:00 p.m. manifestó sentirse mal, por lo que sus familiares pidieron una ambulancia para llevarlo a un centro asistencial. De camino al hospital sufrió el infarto que terminó con su vida.

Roberto Roena, nacido en Mayagüez hace 81 años, empezó su carrera artística como bailarín junto a su hermano Francisco 'Cuqui', cuando todavía era  un niño.

Fue actuando como bailarín como lo descubrió el maestro Rafael Cortijo, quien de inmediato proyectó contar en su orquesta con un percusionista que pudiera enriquecer el espectáculo bailando.

Inició entonces, en las filas de 'Cortijo y su combo', el largo camino de aprendizaje que lo convertiría en percusionista, junto a las grandes figuras que ya integraban dicha agrupación, especialmente el gran Ismael Rivera, 'sonero mayor'.

Al producirse la desarticulación del combo de Cortijo, Roena pasó a ser parte de El Gran Combo de Puerto Rico, liderado por rafael Ithier, donde permaneció por casi una década y preparó el que sería su proyecto más ambicioso y exitoso: la creación de su propia orquesta, Apollo Sound.

Denominada así porque surgió justo en el año en que se produjo la llegada del hombre a la Luna, a bordo del cohete Apolo 11, la orquesta salsera de Roberto Roena marcó desde sus inicios una nueva tendencia sonora en la historia de la Salsa. 
 
Lo hizo gracias al aporte de grandes arreglistas y compositores como Bobby Valentín, Luis 'perico' Ortiz y Papo Lucca, y la participación de una gran cantidad de jóvenes cantantes que le imprimieron un sello propio, muy distinto de lo que había hecho Roena hasta entonces.

Recordadas canciones como 'Traición', 'Mi desengaño', 'Marejada feliz', 'Cui cui', 'Guaguancó del adiós', 'Lamento de Concepción' , 'Consolación', 'Te lo voy a jurar', 'Que me lo den en vida', 'Con los pobres estoy', entre muchas otras, fueron grabadas por la orquesta de Roena con el sello International Record, subsidiaria de Fania Records.

Roberto Roena, reconocido por ser un 'showman' por los diferentes trucos que puso en práctica en sus presentaciones, como pintar de colores su cabello o amarrarse un arnés para atravesar el escenario del Madison Square Garden, fue una de las grandes figuras de la era dorada de la Fania All Stars, e hizo parte de la nómina de luminarias que participó en el concierto 'Fania All Stars in Africa', en Zaire en 1974.

Invitado ilustre de varias ediciones de la Feria de Cali y de conciertos de salsa en temporadas diferente a la de fin de año, en los que registraba lleno total, Roena tuvo un gran gesto con la comunidad del barrio Obrero y con el director del Museo de la Salsa al donar uno de sus bongós para ser sorteado en el marco de una recaudación de fondos para renovar la Carrera 11B, entre Calles 24 y 25.

Así se registró  por la prensa cuando Carlos Molina Jr. afirmó que "para lograr tener la pista ideal en esta calle, se está sorteando un bongó de Roberto Roena. Basta con unirse a la campaña comprando uno o varios cupos del sorteo que se está realizando. Y mientras tanto se puede imaginar tocando Mi Desengaño, El Guaguancó del Adiós y otros éxitos de este maestro salsero, con un bongó de Roena, donado por este".

Gestos como este, y la afinidad que siempre tuvo su propuesta musical con el ambiente del barrio, convirtió a Roberto Roena en una de las leyendas de la música afrocaribeña más amada por los salseros de Cali. 

Su extensa obra musical es objeto permanente de estudio y audiciones musicales en las salsotecas, encuentros de melómanos y coleccionistas, foros de discusión salsera y espacios de diversión nocturna en Cali, donde el apellido Roena es considerado un sinónimo de la Salsa dura.

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