Felipe regresa a Saltamontes en busca de sus sueños


Ospina Porras luego de su periplo por el fútbol, quiere consagrarse en el mejor club de bicicrós de Antioquia 

Juan Felipe Ospina Porras, un día pasaba con la mamá Tatiana por los lados del cubo, sus miradas se detuvieron en los niños que a esa hora montaban en bicicleta en la Pista Panamericana, la actividad ciclística que hacían los deportistas los sedujo, fue el génesis para que Ospina Porras ingresara al bicicrós.

Felipe en su primera etapa en el Club Saltamontes, se ganó la Copa Antioquia en la categoría novatos 11-12 años, también hizo perfectos en las Copas Alcaldías de esa época.

Estudiante de 8° grado en la Institución Diego Echavarría Misas de Itagüí, entre sus sueños está ser un gran bicicrosista y correr en EE UU y en diferentes partes del mundo, así mismo ser un gran aviador.

Su paso por el fútbol

Debido a un accidente en una carrera donde se fracturó una mano, luego de la recuperación y después de unos Intercolegiados, manifestó el deseo de retirarse del bicicros, se le notaba el desgano y el miedo y decidió jugar fútbol.

Un amigo de un tío que tenía un equipo de fútbol lo invita a que se probara, al verlo quedó fichado en la planilla del River Plate en Medellín, Ospina Porras resume su paso en el deporte más popular del mundo como positivo, ganó dos torneos, fue subcampeón en dos más y goleador con ese equipo en un certamen en Sabaneta.

El año 2016 fue un año difícil para el deportista, el dengue, la migraña y unas dolencias óseas lo alejaron mucho tiempo del estudio y del deporte.

Para este año Juan Felipe regresa recargado de energía al Club Saltamontes,  la confianza que le dan sus técnicos (Leoncio, Iván Darío y Raspa’o), ha sido fundamental para vencer en parte el miedo al salto con la bicicleta. “Salgo confiado con la palabra de ellos que me dicen que me da y ello ha sido esencial para ir logrando poco a poco la seguridad”. Dice Ospina Porras.

Tatiana María Porras Montoya, es la mamá del deportista, como toda madre ve los sacrificios de su hijo no importando los obstáculos. Lo más difícil en este deporte ha sido los costos que genera: “Todos los implementos del bicicros son costosos, gracias a Dios él ha tenido el apoyo del abuelo que es fundamental para todo, en el acompañamiento en general”. Dice la orgullosa madre.

Desde las cuatro de la mañana el deportista se para de la cama para iniciar su disciplinaria labor cotidiana: “Un día de Felipe es muy pesado, se levanta todos los días a las 4:30 de la mañana, su primera actividad es el estudio en la Diego Echavarría hasta la 12 y 30 del día, en la tarde hace un curso de inglés de 4 a 5:30, remata la jornada en el entrenamiento de bicicrós que inicia a las seis de la tarde hasta las 8 de la noche, ahí finalizamos un día bastante pesado para él, la ventaja es que le mete amor y disciplina a lo que hace”. Afirma Porras Montoya.

Así como hay momentos llenos de ilusión y dedicación, también hay momentos difíciles: “Cuando se cayó y se retiró al fracturarse una mano, fue un momento en que lo vimos sin ganas de nada, le cogió miedo a todo, sin embargo volvió a retomar todo y salió de esa crisis gracias a Dios con el apoyo del abuelo y mío”. Comentó la mamá de Ospina Porras.

Desde los siete años, Juan Felipe tiene un acompañante angelical por todos los espacios deportivos desde el año 2011, Luis Fernando Porras Villa, su abuelo,  en todas las pistas lo asiste porque también es un enamorado del bicicrós.

Porras Montoya resume así los logros de su nieto en el paso por el deporte: “Felipe fue campeón de las Copas Alcaldías en el 2013, Sub-Campeón de la Copa Antioquia, tercer lugar en la Copa Oriente, tiene 42 trofeos a lo largo de su carrera como deportista, 45 medallas. En su segunda temporada en el bicicrós se ganó la Medicáncer iniciando este año, un tercer puesto en la Copa Inter-clubes, sexto lugar en el primer chequeo y campeón en el segundo chequeo”.  

“El Abuelo” como cariñosamente se le conoce en el bicicrós, ha sido su “jefe” de comunicaciones, siempre en cada carrera no falta con su cámara para tomarle los registros a su nieto: “Tengo más de seis mil fotos y un gran número considerable de videos que no me acuerdo”. Dice con gran orgullo Porras Villa.

Pero más allá de hacer los registros fílmicos y de fotografía, “El Abuelo” utiliza este material para: “mostrarle al deportista los errores que comete en cada carrera para que los corrija”.  Subrayó el orgulloso yayo.

Como su nieto, Luis Fernando se sueña con unos olímpicos, tampoco es ajeno a los costos que demanda un deporte como este y hace un llamado a una firma que le patrocine a su muchacho en este deporte.

Anexo

“El Abuelo” Luis Fernando Porras Villa es el padre de aquel afamado futbolista que jugó en Itagüí Deportivo Rionegro, Deportivo Pasto y el Atlas de México,  Diego Armando Porras Montoya.

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