“Seguiré mientras la gente me soporte”: Serrat


El catalán de la música visito esta semana a la ciudad de Medellín y ofreció su oncierto Antología Desordenada

Medellín es un destino que Serrat no puede obviar en ninguno de sus viajes a Colombia, cada vez que presenta un nuevo trabajo.

En los últimos 45 años nunca ha dejado de pasar por la ciudad para presentar su música y sus historias.

Y claro que la ciudad no podía dejar de ser parte de la celebración de sus cincuenta años de vida artística. Una gira que incluye 100 conciertos en diferentes ciudades latinoamericanas.

El viernes 13 y el sábado 14 de noviembre el músico presentó su Antología Desordenada, una selección personal de 50 de los temas que ha interpretado a lo largo de estas cinco décadas, y que más que ser un recorrido histórico, son temas de que una u otra manera llegan más al gusto de su autor e interprete.

Son cincuenta años de carrera artística que debía resumir en este trabajo. ¿Qué tan compleja resultó esta selección, y por qué estos temas, y no otros de un repertorio tan amplio?

“Siempre es difícil hacer una antología, pero no probablemente por arriba, sino más bien por abajo. Cada quien que escuche este trabajo, si tiene la paciencia de escucharlo todo, descubrirá seguramente canciones que no esperaba que estuvieran; pensará que hay canciones que deberían estar y no están. A mí me ocurre algo parecido también. Yo creo que hay canciones que deberían estar y no están. Lamentablemente había un número cerrado de 50 canciones, algo emblemático con respecto a los 50 años que celebra este trabajo de vida profesional. Ahora, si usted me pidiera que escogiera 50 canciones, seguro habría alguna de las que elegiría que no están, y alguna de las que están no estaría, siempre es difícil. Ahora, tanto como doloroso no resulta, porque ya cuando empecé este trabajo sabía que iban a ser 50”.

Cincuenta años y son varias generaciones las que cantan sus temas. ¿Como puede explicar esa permanencia y esa trascendencia?

“La verdad es que no tengo una respuesta para esto. Yo lo que tengo es mucha gratitud de que ocurra. Feliz de que esto ocurra. Debo pensar evidentemente que las canciones tienen algo que pasan el filtro del tiempo y se mantienen. Pero también hay muchas otras canciones que son fantásticas, que han escrito otros, y no pasa lo mismo".

Algo han de tener. ¿Quizá la forma de cantar, la temática, el hablar de temas sencillos y cercanos...?

“Yo creo que son, por una parte, las canciones que soportan bien el desgaste del tiempo, y por otra parte, la confianza que hay entre el público y yo. Al cabo de los años hemos venido consolidando una confianza mutua, que ya le digo yo agradezco mucho porque hoy por hoy todavía me gusta cantar, me gusta todo lo que la canción representa, me gusta escribir, me gusta viajar, me gusta hacer música y por tanto estoy muy agradecido a poder hacerlo y a que el público me consienta”.

En estas cinco décadas, ¿cómo han cambiado esos temas y esas fuentes que inspiran sus canciones?

“Bueno, cambian los modos, cambian las maneras, cambian las formas; no sé si para mejor o para peor. A fin de cuentas el cambio es lo que hay subyacente en la vida, la vida es una constante combustión, es cambio permanente. Pero de alguna manera todo ese mundo de las emociones, de las pasiones, de los vicios, de las virtudes, ya lo escribieron los clásicos hace mucho tiempo, cientos de años, algunos miles de años. Otra cosa es como se escribe. Creo que el tema es importante, pero como se plantea o como se desarrolla, la hermosura de un planteamiento es lo que realmente hace que todo a pesar de basarse en el mismo fondo, pues nos permita seguir desarrollando las formas”.

Hace algún tiempo hablaba de una cierta desesperanza con la humanidad, con el hombre. ¿Esa desesperanza continúa en Serrat, o ve alguna luz y hay optimismo?

“No lo sé. Seguramente uno cae en momentos de desesperación porque ha tenido momento de esperanza. Yo no creo que las cosas son así, deban ser así , y así serán por siempre. Yo creo que las cosas son mejorables, y a pesar de todas las desilusiones que uno pueda tener, incluso que pueda desilusionarse de sí mismo, a pesar de eso las cosas son manifiestamente mejorables”.

¿Cómo ve la situación que se está presentando hoy con el arribo de miles de inmigrantes a las costas europeas?

“Lo veo con horror. Lo veo con un profundo dolor de ver la miseria humana en carne viva. Viendo cómo el hombre es el lobo del hombre, no solamente el hombre que tira bombas, que bombardea territorios, y que a golpes de fe y de religiones destroza al otro. Si no que veo con pavor como estos pueblos, que desde una posición de privilegio son incapaces de tener la generosidad y la solidaridad y el sentimiento que amerita una situación como la que estamos viviendo. Es una crisis migratoria terrible, en la que no está por demás buscar los orígenes, sin duda, y que solamente encontrando los orígenes y las causas podríamos solucionar, pero de momento no estaría de más que sin entrar en grandes reflexiones el hombre resolviera como hermano del hombre".

¿Y cómo ve hoy a España?

“Bueno, España está puntualmente como toda Europa, pues pasando una crisis grande, no solo económica, sino también de valores. Con problemas que deberían ser solucionables, y que se enquistan. Vivir con una población con el 25 por ciento de paro (desempleo) no es satisfactorio. Vivir con unos niveles de corrupción como los que estamos viviendo en este siglo XXI es insostenible”.

En 1969, en la primera visita, surgió lo que usted llamó un enamoramiento con Latinoamérica...

“Sigo profundamente enamorado de sus grandes posibilidades, sus grandes ojos, su linda boca, sus hermosos perfumes, de sus colores y sus luces. Y también cercano a sus sombras. No he perdido un ápice mi amor por América, porque América me descubrió, y porque he vivido todos estos años muy unido a ella cada día de mi vida”.

Y como amor no quita conocimiento, ¿cuáles son esas sombras que hoy

ve en América?

“Quizá estamos viviendo en algunos aspectos sombras más en países que tuvieron luces hace poco, y luces en países que tuvieron terribles sombras. Creo que Colombia es un caso tremendamente de esta segunda situación. Creo que Colombia está atravesando un momento que no se puede perder, un momento de diálogo y búsqueda de la paz, sobre todo encontrar soluciones a problemas que lleva purgando más de medio siglo. Creo que es un momento especial y muy reconfortante. Otros lugares quizá pasaron momentos en los que había grandes ilusiones y no llegaron a tanto”.

“De padre catalán y madre aragonesa, vine a este mundo sin proponérmelo el 27 de diciembre de 1943, en Barcelona, y crecí en el barrio obrero del Poble Sec, en la calle del Poeta Cabanyes.Padres-y-JMS-infancia-3 Mi padre, Josep, trabajaba en la Compañía del Gas, y mi madre, Ángeles, además de llevar la casa, contribuía al presupuesto familiar cosiendo (...) con tres amigos formamos un grupo musical cuya aventura no llegó lejos. Yo había escrito algunas canciones (“Una guitarra”, “La mort de l’avi”...), y el 18 de febrero de 1965 me estrené con alguna de ellas en el programa de Escamilla Radioscope, de Radio Barcelona. Aquello fue mi trampolín, y de la mano de Escamilla llegué a Edigsa —compañía discográfica con la que grabé mis primeros discos— y me incorporé de inmediato a Els setze jutges; un grupo heterogéneo de gente que escribíamos y cantábamos en catalán”.

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