Sandra, la itagüiseña más mexicana

Con más de 20 años de experiencia en la dirigencia deportiva, Sandra Milena Zapata Acevedo se ha convertido es una figura importante dentro del andamiaje de la actividad física en el Instituto de Cultura, Recreación y Deportes de Itagüí. Oriunda del populoso barrio San Pio X del municipio del sur del Valle de Aburrá, más conocida como la “mexicana” que, por su propio nombre, esto debido a su amor por la cultura del país del norte de Centroamérica.

Su carrera en el mundo deportivo, se remonta a su paso por la escuela, hoy Institución Educativa Felipe de Restrepo de su amado barrio itagüiseño, incluso a pesar de los regaños de su señora madre que le decía que iba a perder el año por sus actividades deportivas, nunca claudicó en su vocación deportiva.

Desde allí empezó su liderazgo, armaba torneos inter clases, aun en plena clase armaba los fixtures, desde la escuela inicia su liderazgo, prolongándose en el bachillerato, cuando va a hacer la alfabetización, se va para la entonces Secretaría del Deporte para pedir la aprobación de las prácticas, fue aceptada, le informa al profesor de Educación Física del colegio, este no le permitió las prácticas en el ente municipal, por el contrario, le dejó haciendo los torneos Inter clases del colegio.

Posteriormente, hace parte de la Acción Comunal, dentro del Comité de Deportes de ella, empieza a realizar los torneos del barrio, inicialmente en categorías mayores, luego se fueron desarrollando las menores.

Para el año 2000, conformó una escuela de formación de microfútbol o de salón, en este duró dos años con 75 niños, desde allí viene con el tema de la Acción Comunal en el Comité de Deportes, trabajando tuvo la oportunidad de laborar en la antigua Secretaría de Deportes en el 2004 como monitora, allí se desarrollaba en cualquier otra actividad: recreación, logística de las competencias.

Más adelante, viendo las actividades de los promotores, quiso ser como ellos y se dedica a estudiar, por ello ingresa al Politécnico Jaime Isaza Cadavid para hacer la Licenciatura de Educación Física graduándose en el 2010, poco a poco va escalando posiciones en la Secretaría: Auxiliar, Coordinadora Deportiva. Para el 2016, hace una especialización en Gerencia Deportiva, luego en la misma cartera municipal coordina el tema del Pony Fútbol en su momento, hoy Baby Fútbol, continúa en el barrio haciendo los torneos de la Acción Comunal.

El mismo 2016, hace parte de la conformación del Club de Deportes del Barrio San Pio X, donde lleva ocho años de actividades con 86 niños inscritos en seis categorías.

Ahora de nuevo en el ya Instituto de Cultura, Recreación y Deportes de Itagüí como líder de programa del área de Fomento Deportivo, apoya todo el tema de los Clubes Deportivos, Deporte Competitivo y los Torneos Municipales.

¿De dónde sale esa famosa chapa de la mexicana?

“Nace desde muy pequeña, la historia es que empiezo a ver las películas de Pedrito Fernández, el de la “Mochila Azul”, empecé a cantar y hacer las fonomímicas, en los descansos del colegio cantaba su música y mis compañeros me empezaron a decir “pedrito pedrito”, incluso el profe Héctor del área de matemáticas, no me conocía por el nombre, me saludaba-hola pedrito, hola pedrito-. En el colegio se hacían muchas actividades musicales y obtuvimos el primer puesto cantando “La de la Mochila Azul” en concurso con otras compañeras y la pasión por la cultura mexicana se lleva en la sangre”. Recordó la Licenciada Zapata Acevedo.

Sus viajes a México, ¿qué se le queda de ellos?

“Como dicen que los sueños se hacen realidad, me lo propuse y dije que tenía que hacer realidad este sueño, hice unos esfuerzos para recoger unos dineros para el pasaporte, el tiquete, el hospedaje, incluso en mi casa le dije a mi mamá, voy a cancelar el internet y la parabólica, para poder ahorrar un poco de más y lograr ese sueño y en el 2014 lo pudimos concretar. Estuvimos 15 días, me fui en una excusión Ciudad de México, Pirámides, Basílica de Guadalupe, Xochimilco, y posteriormente Cancún 4 días, fue un viaje maravilloso, la vida lo pone a uno donde debe de estar, yo estoy en México y soy feliz, con solo pisar el suelo mexicano soy muy feliz”.

¿Cómo es eso de que cantó hasta rancheras en la Plaza Garibaldi, cómo es esa historia?

“En la plaza Garibaldi se encuentra varias agrupaciones de mariachis, para que le toquen a usted o lo deleiten con alguna ranchera, yo canté en la plaza Garibaldi alrededor del mariachi, solicitando una canción llamada “México lindo y querido” y el mariachi hace la deferencia de que me acerque a la mitad para que cante con ellos, entonces es otro gran sueño, cantar en la plaza Garibaldi”.

¿Cómo hace para repartir sus preferencias en un encuentro entre México y Colombia en Fútbol?

“Futbolísticamente le hago mucha fuerza a México, Colombia pasa a un segundo lugar, le hago mucha fuerza a México. En la Copa América de 2001, todo el partido le hice barra a México, esa pasión se la va pegando a su familia”.

Su peor momento en el deporte

“Año 2019, ya no había como el mismo espíritu, como el deseo de continuar, administrativamente me habían desplazado de algunas funciones, sabiendo que uno venía de 8 años atrás haciendo las cosas bien, antes de premiar como que castigan, entonces se siente uno como desplazado, pero la vida te da sorpresas y revanchas y aquí estamos de nuevo”.

¿Y el mejor?

“Podríamos decir que este, llegamos con más conocimiento, cómo darles manejo a las cosas, llegamos en una mejor posición por decirlo de alguna manera”.

Un personaje que no olvide en el deporte

“Administrativamente Mauricio Álvarez Bedoya, era un compañero promotor cuando éramos Secretaría de Deportes, cuando llegué en el 2004 le aprendí demasiado, en el tema de organización, mucho, mucho, mucho. A través de los años con los demás compañeros: César Ceballos, Fernando Escobar, Juan Carlos Franco, el mismo Carlos Patiño en el tema de organización, de realización de eventos, pero el que más haya marcado ese proceso fue Mauricio Álvarez”.   

Anécdota

“En el 2017 regresé a México y me tocó el terremoto, fue una experiencia de vida indescriptible. Uno con ese tema de México arraigado y estar en ese país y pasarme ese fenómeno natural, me tenía que tocar a mí. En ese momento estábamos en un edificio, en un primer piso afortunadamente, salimos a la calle, el vigilante nos dice cuidado con los vidrios, los ventanales se desprendían, todo el mundo en la mitad de la calle y los edificios se ven como una gelatina, el terremoto duró casi un minuto, 7.1 de intensidad, fue demasiado fuerte. No lo podía creer, pensé que solo se veía en las películas, vivirlo realmente da pánico. Afortunadamente logré mandar dos mensajes a la casa de que estaba bien, me los respondieron diciendo que ya sabían que estaba bien, entonces nos quedamos más tranquilos”.