Hace 35 años. En silencio, Efraín Domínguez supera tres marcas mundiales de pista


En la actualidad Efraín Dominguez es formador de jóvenes ciclistas

En los años ochenta, del siglo pasado, el ciclismo colombiano había despedido a su máxima estrella, el antioqueño Martín Emilio Cochise Rodríguez, quien había superado la marca mundial de la hora aficionada y se había consagrado campeón mundial de los 4.000 metros persecución individual. Su legado lo había heredado otro antioqueño, Balbino Jaramillo, quien también tenía en su haber conquistas importantes en los 4.000 metros, aunque no de la dimensión de las de su paisano Cochise.

En esa época había llegado a Medellín, procedente de Barrancabermeja, Santander, un corredor joven que había conquistado títulos nacionales en pruebas de velocidad en la pista. Se llamaba Efraín Domínguez, quien de manera silenciosa trabajó durante octubre de 1984 y noviembre de 1985, en busca de una hazaña inédita: romper cuatro marcas mundiales de ciclismo en pista, en intentos solitarios que tendrían lugar en Ciudad de México. Las pruebas que atacaría Domínguez serían los 200 y los 500 metros, el kilómetro lanzado y el kilómetro con partida detenida.

El trabajo de preparación comenzó sin patrocinio, es decir, sin dinero alguno para el corredor, acompañado por su técnico, el ex velocista antioqueño Mario Papaya Vanegas; su médico, William Jiménez, y los preparadores físicos del club Independiente Medellín, Ordóñez y Leyva. Con ellos adelantó los primeros ocho meses de trabajo físico general, en actividades que combinaban deportes como atletismo, natación, fútbol y pesas, y que le ayudaron a mejorar fuerza y resistencia. 

Paralelo a este intenso trabajo, el médico William Jiménez lo orientó en el aspecto psicológico, en busca de evitar distracciones propias de los problemas rutinarios, y también de alcanzar un alto grado de convencimiento sobre sus posibilidades.

En junio de 1985, Domínguez finalizó su trabajo físico general y comenzó el específico sobre la bicicleta, que consistía en dobles sesiones diarias, la primera, en la mañana, sobre 50 o 60 kilómetros, en terreno plano, y la segunda en el velódromo de Medellín, tras moto, tres días por semana, y el resto en repeticiones para las pruebas cuyas marcas pensaba superar.

Cuando promediaba esta segunda parte, la firma de zapatos Grulla ofreció el apoyo económico, lo que garantizaba el viaje a Ciudad de México.

Dos velódromos fueron analizados por PapayaVanegas: el Magdalena Michuca, en donde CochiseRodríguez estableció en 1970 la marca mundial de la hora, y el del Centro de Entrenamiento Deportivo, Cedón, en donde Francesco Moser también rompió el registro de la hora. El primero tenía una superior inclinación en los peraltes -39 grados-, mientras el segundo tenía 32, pero menos baches en la pista. Por eso se escogió el de Cedón.

La Federación Mexicana de Ciclismo ofreció todo el apoyo, particularmente en el suministro del cronometraje electrónico y del cuerpo de jueces.

Tres registros logrados y un intento cancelado

El viernes 8 de noviembre de 1985, en la mañana, Efraín Domínguez comenzó a atacar las cuatro marcas mundiales, en el velódromo del Cedán, en Ciudad de México. 

El primer intento fue el de los 500 metros lanzados, cuya marca estaba en poder del suizo Robert Dill Bundi, desde el 11 de agosto de 1983, logrado en el velódromo Oerlikon, de Zurich, con un tiempo de 28 segundos 705 milésimas. Domínguez estableció un nuevo registro de 27.897.

En la tarde su esfuerzo se encaminó a los 200 metros lanzados, que tenía en su poder el italiano Antonio Maspes, con 10 segundos 80 centésimas, conseguido en el velódromo Olímpico de Roma, el 21 de julio de 1960. El colombiano empleó un tiempo de 10.778.

Al otro día, ya con dos marcas mundiales en su haber, Efraín Domínguez se enfrentó al kilómetro con partida detenida y estableció un minuto cinco segundos y 200 centésimas, tiempo que superaba el homologado al suizo Usler Freuler, el 9 de agosto de 1983.

Cuando se acercaba la hora del kilómetro lanzado se tomó la determinación de cancelarlo, porque Domínguez se encontraba extenuado.

"Corrí más con el alma que con la técnica"

"Por encima de mi satisfacción personal estoy muy contento porque mi intención era darle algo a Colombia. Este fue el resultado de año y medio de trabajo. Los tres registros me exigieron a fondo, pero luego de finalizar el kilómetro con partida detenida, sentí que me moría. A pesar de que ningún periodista colombiano me acompañó, como sí lo hicieron representantes de la prensa de otras nacionalidades, y aunque la federación no estuvo conmigo, a ellos y a toda Colombia les dedico mi actuación, sin ningún resentimiento. Estos registros los hice más con el alma que con la técnica […]

"Después de logradas las marcas  comenzó la celebración, las entrevistas, las visitas a la Plaza Garibaldi; yo nunca soñé con nada de eso, pero resultó; ahora espero entrenarme en el Japón y competir en los mundiales de Colorado Spring, el año entrante, al tiempo que quiero batir los cuatro registros que hemos mencionado, pero en la pista cubierta de Moscú". Efraín Domínguez, Mundo Ciclístico No. 86, noviembre-diciembre de 1985.

"Utilicé hasta símbolos paternales": William Jiménez.

El médico William Jiménez reveló luego de la hazaña de Domínguez, que durante la preparación y las participaciones en las tres pruebas, una vez conocido el perfil sicológico del corredor, utilizó hasta figuras paternales, para infundirle ánimos, luego de tantos meses de trabajo y soledad.

Recuerda Jiménez: "Durante sus intentos por batir las marcas mundiales le trabajé a Efraín (Domínguez) algunos símbolos que le pudieran ayudar. Me compré un sombrero de vaquero, similar a alguno que utilizó su padre, con el ánimo que me pudiera identificar fácilmente en el escenario deportivo y que sintiera un apoyo paternal; además utilizamos algunas frases o lemas que contribuyeron a darle ánimo, como `Estoy contigo'; `Estamos solos'; `Estamos haciendo patria'; `Colombia es mejor que todo'; `Te acompaño siempre'; `Más fuerza', y `Eres más capaz que todos' […]

"Tuvimos que vacunar a Efraín porque teníamos una epidemia de gripe, al igual que el smog de México, por el voluminoso tránsito vehicular, es nocivo por el alto contenido de anhídrido carbónico.

"Quiero finalmente resaltar que Efraín es un supercrack, es un superdotado físicamente, que batió records monopolizados por europeos, en dos días que es también un tiempo récord". William Jiménez, médico de Domínguez, Mundo CiclísticoNo. 86, noviembre-diciembre de 1985.

Después del retiro, Efraín Domínguez estudió Licenciatura en Educación Fpisica, en la Universidad de Antioquia y siguió en el ciclismo, como entrenador en la Liga Antioqueña, y durante su carrera forjó a buena cantidad de ruteros y pisteros paisas, entre quienes se destaca el múltiple campeón de pista y ruta Fernando Gaviria Rendón.

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