La humillante derrota de Brasil


Agrava el problema social y económico de la nación.En la final del domingo, las rechiflas contra el gobierno local, no se harán esperar.

"El descontento social seguirá siendo importante, y la reelección de la presidenta Dilma Rousseff ya no está garantizada", dijo Juan Carlos Rodado, del banco francés Natixis.

La derrota ha caldeado los ánimos. Muchos hinchas insultaron a Rousseff en el estadio Mineirao de Belo Horizonte, tal como ocurrió en el partido inaugural el 12 de junio.

Se revivieron las quejas ciudadanas por los 11.000 millones de dólares de las arcas públicas gastados en la organización de la Copa, en vez de en salud o educación, una de las principales quejas de las manifestaciones que sacudieron el país en el último año.

Persiste el temor de nuevos abucheos contra la gobernante el día de la clausura, el próximo domingo, cuando entregue la Copa al vencedor. Y también de nuevas protestas, más masivas, luego de semanas de relativa calma.

Una manifestación ha sido convocada en las redes sociales cerca del estadio Maracaná de Rio durante la final.

La "ostensiva" derrota "puede volver a engrosar las críticas, cambiar el humor. Habrá gente que volverá a preguntarse si valió la pena invertir todos esos recursos en una Copa cuando no tenía un equipo fuerte, un equipo que acabó siendo humillado", declaró Humberto Dantas, profesor del Instituto de Investigación y Educación (Insper).

Sin embargo, tanto el gobierno como varios analistas creen que el resultado de las elecciones de octubre no estará ligado a la humillante derrota de la Seleçao.

"La Copa es la Copa. En agosto el clima será otro. Ahora es el momento del sufrimiento, pero en agosto se dará vuelta a la página. Como gobierno, debemos dejar claro que la infraestructura [para el Mundial] funcionó perfectamente. Las elecciones son otro capítulo", sostuvo el ministro jefe de la presidencia, Gilberto Carvalho, según el diario O Estado de Sao Paulo.

Para Joao Augusto de Castro Neves, director para Latinoamérica de Eurasia Group, "el impacto de la Copa en la elección es reducido".

"En el pasado reciente, hay ejemplos de equipos jugando bien y presidentes a los que les va mal, y viceversa. No hay correlación", dijo. "El mayor riesgo era la organización de la Copa y todo salió bien allí", agregó.

HUMILLANTE DERROTA TAMBIÉN 'GOLEA' AL MERCADO BURSÁTIL

“El resultado desparejo al mismo tiempo podría asestar un golpe a la confianza de los inversores y consumidores en un país que tiene una obsesión con su pasatiempo nacional”, dijo Geoffrey Dennis, responsable de estrategia para mercados emergentes en UBS AG.

“Confirmará a la gente que ‘Miren, nuestra economía está en problemas, no podemos alcanzar ningún crecimiento, ya ni siquiera tenemos un equipo de fútbol decente”, agregó Dennis.

En tanto los mercados brasileños permanecen cerrados este miércoles por un feriado, el impacto sobre los precios de los activos puede aparecer en los bonos externos del país, así como en los certificados de depósito americanos de empresas estatales como Petroleo Brasileiro SA.

El índice bursátil de referencia, Ibovespa avanzó 19 por ciento desde un mínimo el 14 de marzo, dado que la popularidad en baja de Rousseff desató versiones de que una nueva administración se haría cargo y ayudaría a catapultar la economía.

EL DESCONTENTO ECONÓMICO

"Creo que el mayor riesgo para Rousseff en esta elección sigue siendo la economía, y no la Copa del Mundo", consideró de Castro Neves.

La economía brasileña crecerá apenas un 1 por ciento este año, el cuarto consecutivo de magro crecimiento, según estimaciones del mercado recogidas por el Banco Central de Brasil.

Y la inflación es elevada: 6,52 por ciento en 12 meses hasta junio, superior al techo de la meta oficial de 6,5 por ciento.

Irónicamente, fue la Copa la que empujó el índice al alza, debido al mayor precio de pasajes aéreos y hoteles.

"Lo que existe es un cierto grado de incomodidad con la situación actual del país: baja tasa de crecimiento, casos de corrupción de alto nivel, cosas que son desfavorables para el gobierno", sostuvo Machado de la UERJ.

"Las protestas fueron más radicales después de junio del año pasado, pero decrecieron. Sin embargo, el descontento sigue. Las protestas pueden volver, pero no por la derrota. Los intentos de politizar la Copa no resultaron", añadió.

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