Dicharachero y chistoso, pero sobre todo gran persona


Daniel Chavarría ha sido un jugador que ha luchado cada día el puesto que hoy tiene en el equipo felino itagüiseño de Liga Argos

El amor que siente por el deporte, propiamente por el fútbol, ha hecho que Daniel Stiven Chavarría Villa haya llegado hasta donde hoy la oportunidad le ha permitido, desde niño jugó fútbol 11, luego que conoce el fútbol sala se enamoró perdidamente de él y este lo ha llevado a ser lo que hoy es en el futsal profesional.

Siempre supo que esta disciplina era demasiado difícil, quizás más que el fútbol, pero su reto lo fue formando y le dedicó todo el tiempo para hoy hacer que esta modalidad del balompié sea todo para él: “Mis comienzos en el fútbol sala fue con Itagüí Fútbol Club, posteriormente tuve la oportunidad de jugar con Águilas Rionegro donde di mis primeros pasos como jugador profesional, de allí pasé a Alianza Platanera y finalmente llego a Itagüí Leones”. Comenta con la sencillez que le caracteriza.

Primero se consolidó como un jugador profesional, supo que no era lo mismo pasar de jugar una liga antioqueña a hacerlo profesionalmente, en el primer club itagüiseño aficionado aprendió lo que es el compañerismo y el trabajo en grupo, la experiencia en el segundo equipo y primero profesional, asimiló estar fuera de casa, compartir con otras personas, hacer amigos y convertirlos en familia, todo ello  sumó para ir aportando cada día y dar lo mejor de sí en cada club al que llegaba.

La experiencia de tener un técnico tan importante en la actualidad, la resume así: “Trabajar con Tomás Cortés es algo muy significativo, el profesor es una persona que tiene demasiadas experiencias, no solo es entrenador también es un amigo, no solo los consejos son de técnico a jugador, también lo son de amigo a amigo, para mí es algo significativo tener al profesor Tomás conmigo”.

Así mismo, Chavarría Villa cuenta lo que significa para él jugar en su amado Itagüí: “Lo más esperado en mi carrera es jugar con Itagüí en Liga Argos, por nosotros los itagüiseños, porque estar fuera de casa no es nada fácil, ahora estoy en casa, estoy con mi gente, las personas que me quieren y que están pendientes de uno, creo que es lo más grato que me puede haber pasado”.

Aunque vive en la actualidad en el sector de San Gabriel de Itagüí, dice con gran orgullo que es del barrio los Gómez, lugar donde vivió sus primeros pasos en el fútbol.

Daniel Stiven como cualquier futbolista ha tenido momentos difíciles: “Aún no era jugador profesional y tuve una distensión de ligamento antes de tener la oportunidad de estar en Juegos Departamentales, gracias a la recuperación que tuve con Nathalia López y con el médico Juan Guillermo Uribe, me recuperé en tres meses, cuando el pronóstico era de seis meses, me presenté a esos juegos en Urrao y quedamos de terceros”.

Los momentos más gratificantes son los que ha vivido en su equipo actual: “Saber que iba a tener la oportunidad de ser un jugador profesional, porque creo que todo jugador sueña con serlo, sea en fútbol o fútbol sala, o baloncesto, voleibol, el deporte que sea, siempre vamos a querer soñar siendo jugador profesional”. Manifestó.

Como cualquier deportista, Echavarría Villa sueña con su futuro: “Me veo como un jugador del Inter Movistar, el equipo donde juega mi ídolo Ricardinho, para jugar la Liga España, estar fuera del país, ser un colombiano más triunfando en Europa”.

Entre sus actuaciones inolvidables, recuerda una muy espacial: “Tengo varias que recuerdo mucho, pero creo que la que más recuerdo fue una que hice no siendo jugador profesional, fue en un zonal de Juegos Departamentales en Medellín frente a Envigado, íbamos perdiendo 0 x 2, me dieron la oportunidad de entrar y hago los dos goles para empatar, el primer gol que marqué en esa ocasión fue fundamental porque ayudó a que el equipo subiera el ánimo y fuéramos capaz de sacar el resultado adelante”.

Vivencias

“En este deporte se viven muchas cosas, unas alegres y otra tristes, pero una muy charra y cruel fue que en un torneo que se juega en Santuario, en una broma demasiado pesada que le hicieron a un compañero, demasiado pesada, fue una noche en que estábamos dormidos, al otro día al levantarnos en el bolso del compañero había un popo adentro, creo que fue algo que no debió hacerse, la persona que lo hizo no estaba en sus cabales, dura experiencia”.

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