El volante de hierro felino


“Todo va guiado por DIOS, voy tranquilo, estoy feliz con el equipo, con la gente de Itagüí que nos acompaña bastante y decirles a todos que estamos comprometidos con el ascenso”. Dice el volante de marca felino

Uno de los bastiones felinos del medio campo, con la estirpe futbolística y que en la cancha multiplica esa energía que se necesita para cumplir la misión encomendada, ese es Felipe Jaramillo Velásquez.

Nacido y criado en el barrio Belencito el Corazón de Medellín,  su adolescencia y juventud la vivió en el sector Laureles de la capital paisa, empezó a jugar a los cinco años en la escuela de fútbol de la Universidad de Antioquia, posteriormente pasa al onceno Paisas 10 bajo la dirección de unos técnicos que salieron del equipo universitario, seguidamente recaló en la Sub 14 de Atlético Nacional y en el equipo verde estuvo hasta la categoría Primera A.

Pero su paso por el Rey de Copas no fue el soñado “En Nacional estaba un poco aburrido porque en ese entonces estaba el profesor Juan Carlos Osorio y no había mucha oportunidad a los que veníamos de abajo, unos empresarios me vieron, me propusieron ir a jugar a Argentina al equipo Gimnasia y Esgrima de la Plata, recién cumplía los 18 años”. Recordó el volante de hierro de Itagüí Leones.

Pero en el país de Messi, todo no fue color rosa: “Tuve muchos problemas con los representantes y terminé jugando en un equipo de segunda división o reservas que llamamos, sin nada de dinero, sin nada de paga, incluso me tocaba trabajar en lo que saliera, entrenaba en la mañana y luego salía en la tarde a buscar el dinero para poder comer, me cansé, sabía que en mi casa en Colombia tenía la comida y me devolví”. Rememoró con tristeza el portador de la camisa 14 amarilla.

Felipe Jaramillo es primo segundo de Mateo Muñoz compañero en el equipo felino, Muñoz jugaba en Alexis García y lo anima para que se presente a entrenar y no pierda la forma: “Allí habían dos técnicos que marcaron mi vida futbolística: Hernán Darío Herrera  y Juan Carlos Giraldo que hasta hace poco dirigió la Primera A de Leones y a quien le aprendí mucho, allí en Alexis entrené seis meses y recalé, quedamos sub campeones en diciembre de 2015 de la Primera A, en ese mismo mes me llama Luis Alfonso “El Bendito” Fajardo para que me probara en Leones, en enero llego a presentarme, me fue bien, pero había llegado de la Argentina pasado de peso y muy descuidado, entonces me dijeron que me quedará en la Primera A un año, todo el 2016 jugué en el equipo y quedamos campeones en diciembre, fue entonces cuando me dan la noticia que me van a dar la oportunidad en enero de este año en el primer equipo y el técnico toma la determinación de dejarme”. Manifestó Jaramillo.

La avidez le ganó a la expectativa con que llega al equipo profesional: “Al principio la verdad llegué y me costó mucho acostumbrarme al juego, de pasar de jugar en Antioquia en el fútbol aficionado que tiene un nivel muy bueno a la división profesional es difícil, sin embargo mi ambición hizo que me fuera ganando la titular”. Indicó.

Felipe se ha ido ganando la posición de titular y se ha convertido en referente del equipo, e igual a sus compañeros sueña con el ascenso a la División Mayor del Fútbol Profesional Colombiano. Haber tenido la experiencia de jugar amistosos con equipos de la Primera A Profesional, hace que vea muy cerca la meta, por el trabajo que hace en el equipo actualmente piensa que lo que falta es poco para cumplirse esa ilusión.

Sus inicios en el balompié fueron como delantero, en Nacional lo moldearon y lo pusieron de central, finalizando en Los Verdolagas como volante, donde se ha sentido más cómodo.

Admira mucho el cuerpo técnico que tiene en Itagüí Leones: “El trabajo de ellos es de admirar, porque aparte de ser técnicos y de enseñarnos los fundamentos del fútbol, se interesan mucho en el jugador, en moldearlo, de formarlo no solo en la cancha sino en la vida personal, entonces me parece que es muy importante ese detalle porque uno se siente respaldado y a la hora del trabajo es un excelente grupo, desde el utilero hasta Juan Carlos(Álvarez) que es el jefe del cuerpo técnico, son personas de admirar porque todos son muy humildes”. Subrayó.

Cuando el fútbol se practica en familia, la energía se multiplica en la cancha, jugar al lado de Mateo Muñoz su primo, lo hace más que familiar un gran amigo: “Somos “Parceros” dentro y fuera de la cancha, dentro de la cancha me hago raspar por él, los mismo él conmigo, si yo la pierdo hace lo mismo por mí, lo de primos lo llevamos en la sangre, pero más que eso desde pequeños hemos estado juntos, entonces ello nos hace hermanos prácticamente, llegar a este nivel juntos, nos hace sentir una alegría enorme”. Apuntó.

Todas sus ilusiones las resume así: “A futuro me veo jugando en Europa y siendo todo un ingeniero civil, con una trayectoria futbolística larga, siendo referente en un equipo y con mi familia tranquila a mi lado. MI sueño es llegar a la Selección Colombia y emigrar a Europa a jugar en la Liga Inglesa en el Manchester United Football Club”. Señaló.

Sus referentes mundiales han sido el español Carles Puyol y en los volantes el inglés Frank Lampard

Su familia es la más feliz en este momento trascendental en su vida: “Son los más apasionados conmigo, están felices, mi papá, mi mamá y mi hermanita somos muy unidos, no se cambian por nada, están felices, son los que más me apoyan pero también me hacen las críticas constructivas, son los que me hacen poner los pies sobre la tierra”. Dijo el hijo del señor Jaramillo y de la señora Velásquez.

Al interior del equipo se vive una historia importante: “Lo que me dicen los compañeros, desde el principio si cometo algún error o si me ven cansado, todos nos animamos y nos subimos. El secreto nuestro está en disfrutar y no sobrepasarnos, sabemos en qué momento charlar, así mismo sabemos en cual otro hay que ser serios, correr y trabajar”. Enunció.

Jugar en el estadio de Itagüí le representa gran alegría, porque: “Pasar del fútbol aficionado donde no van sino los papás, y llegar a un estadio donde hay todo tipo de gente que no lo conoce a uno, que le están apreciando el juego, cada vez se ve llegando más gente y se va llenado más el estadio, uno se siente inmensamente feliz, porque se está viendo respaldado el trabajo que estamos haciendo, también se siente mucha responsabilidad”. Reiteró.

Felipe Jaramillo también tiene otro primo segundo, Alejandro (el hermano de Mateo) jugando en el onceno Ditaires F.C, para él también hay un consejo: “Hablo mucho con él y le digo que no la deje caer, que no se desanime, que siga luchando más, que busque lo de él, que el tiempo de Dios es perfecto, que no se acelere en las cosas, que si ello es para uno nadie se lo quita, que siga esforzándose que juega en Ditaires F.C y ese equipo es bueno y con paciencia todo llega”. Apuntó.

El volante de marca de Itagüí Leones ha tenido momentos muy enormes y placenteros: “Cuando me dijeron que había quedado en el equipo profesional, entré como en Shock, dije, -Bueno estoy cumpliendo el sueño- para la gente el fútbol es muy fácil, es una carrera por la que uno lucha, desde los cinco años estoy jugando fútbol, se me cumplió a los 20 años, 15 años madrugando y jugando todos los días por un sueño y que al fin te digan que si vas a tener la oportunidad de mostrar que puedes, eso para mí fue maravilloso, luego salir y pararse en los himnos y ver ese gentío, ello no me llenó de nervios pero si de mucha responsabilidad, donde tengo que fallar menos y hacerlo todo bien, porque ellos (la tribuna) están gastando todo el tiempo que tienen, invirtiendo en pasajes, boletas (en algunos casos) y muchas cosas que uno no cree, creo que es una gran responsabilidad para nosotros”. Explicó.

Pero así como ha reído, también lleva marcada una experiencia complicada: “Es una anécdota un poco difícil, pero uno de todo aprende, fue en Argentina cuando estaba pasando tantas dificultades, laboraba en un supermercado, limpiando estanterías, barriendo, trapeando, lo que me apareciera o tocara hacer, un día apareció una señora que me conocía y sabía que yo jugaba en un equipo, se me acercó y empezamos a conversar, terminó casi siendo mi mamá, la experiencia con la señora fue excelente porque apareció y me dio la mano, pero la vivencia que tuve en esa país casi no me gusta recordarla porque fue difícil, en esos días que apareció la señora estaba pensando en dejarlo todo, incluso hasta renunciando a los sueños, la señora me dio la mano y esa vivencia con ella me tocó el corazón y me motivó a luchar más”. Puntualizó el hombre de hierro del medio campo felino.

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