Valió la pena esperar 20 años


Esta fue la primera fecha en América Latina de El gusto es nuestro y la posibilidad de que los paisas disfrutaran de ese espectáculo que no pudieron ver hace 20 años. En la imagen Víctor Manuel, Serrat, Ana Belén y Miguel Ríos. FOTO Cortesía César Serna

Tres horas y tres minutos duró el concierto de Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Miguel Ríos y Víctor Manuel. Fue la primera fecha en América Latina de El gusto es nuestro y la posibilidad de que los paisas disfrutaran de ese espectáculo que no pudieron ver hace 20 años.

Cerca de 7.000 espectadores vieron que la espera valió la pena, por el show de las poderosas voces que vibraron, que se entregaron y que se pasearon por sus éxitos más emblemáticos en el escenario del centro de espectáculos La Macarena. Para muchos fue poca la asistencia, había dos vacíos en los laterales cercanos al escenario y en la parte de atrás donde no se vende boletería. Entre quienes hicieron notar los vacíos estuvo el periodista Héctor Rincón, quien escribió en su Twitter: “Que poca gente en Serrat y cía en Medellín. Escogieron la Macarena, sede de reguetón, vallenato y despechos. Se equivocó la paloma”.

Entre las críticas de algunos se señaló que este concierto debió haber sido en un teatro como el Metropolitano, que tiene 1.634 sillas. Así las cosas, en el lugar elegido hubo seis veces más el público que le cabe al teatro, si bien 6.000 menos del aforo de La Macarena, que es de 13.000 personas, precisando de nuevo que no se venden entradas para la parte de atrás del escenario. Quedó en el ambiente la pregunta de si Medellín no tiene un lugar para este tipo de conciertos.

“Esta gira, hace 20 años no pudimos acercarla a Medellín y nos quedó esa espinita clavada. Pero hoy el tiempo jugó a nuestro favor y estamos acá con mis tres amigos”, dijo Serrat al público.

Hoy puede ser un gran día fue la forma como los cuatro artistas, en un desbordado juego de voces y luces, eligieron anunciar que el estreno de esta gira sería inolvidable con cada canción, cada apunte y cada reflexión en la que incluyeron en sus comentarios temas políticos, históricos y culturales.

La primera ovación de la noche fue para Serrat, el catalán saltó en solitario al escenario para regalarle Cantares y Aquellas pequeñas cosas al enérgico público con el que conectó de forma instantánea, tras hablarles del ajiaco y bromear sobre el matrimonio.

La energía que surgió con las interpretaciones de Miguel Ríos y Ana Belén fue especial y produjo chispa. Lo hicieron como dueto –con Insurrección como bandera– y en solitario, fase en la que el rock superó a la nostalgia y al romanticismo, pues hasta el Nos siguen pegando abajo de Charly García tuvo cabida en el repertorio variado de estos cuatro artistas. Ya habían vaticinado sorpresas en el repertorio y esta fue una de ellas.

“Es difícil debutar en una ciudad con 72 años”, dijo Ríos cuando se presentó como el “perfecto desconocido” en su primera visita a Medellín. Fue el turno de la voz romántica de Víctor Manuel y canciones como Luna llena, Solo pienso en ti y Asturias que encantaron al público.

No podía faltar Serrat con su guitarra interpretando Mediterráneo. Una canción que ha hecho historia en Medellín y que emocionó a los fanáticos, emoción que se repitió en Contamíname, donde la cantante madrileña y su esposo demostraron que siguen siendo una fórmula infalible. Otro momento especial para el público fue cuando Ana Belén, con su voz, lució más intensa que el rojo de su traje con cada fragmentó que cantó de El hombre del piano.

Serrat no tuvo problema en ser corista de sus amigos, lo mismo hizo Ana Belén, fue un concierto alejado de egos y actitudes de estrellas.

El cierre de El gusto es nuestro 20 años, gira realzada por doce músicos y dos coristas, los tuvo a los cuatro artistas entregados en conjunto para cautivar con El himno de la alegría, Nada sabe tan dulce y La puerta de Alcalá, la canción elegida para concluir una gran noche.

Un recorrido de canciones de toda una vida y que este sábado se verá en Bogotá en la Carpa Américas Corferias.

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