El Administrador del estadio, un derroche de sencillez y amabilidad


El popular “Beto”, un hombre agradecido con la vida, las dificultades las transforma en valiosas vivencias

Lo conocimos en el barrio San Francisco de Itagüí cuando promediaba los años 80’s, un muchacho sencillo, jovial, apacible, buen futbolista, pero por encima de todo con un gran don de gente, amable y atento con la persona que le habla no importa su condición social.

Así en pocas palabras es Hernando Alberto García Correa, el popular “Beto” que hoy la vida lo puso a administrar el escenario más grande de los itagüiseños, el Estadio Metropolitano de Ditaires.

“Beto” nació el barrio Playa Rica de Itagüí, con el tiempo su señor padre compró casa en San Francisco, en su época fue un gran referente futbolista de este último barrio itagüiseño y junto a recordados deportistas marcó una época inolvidable.

Su etapa juvenil la selló la escases y las dificultades, suficiente marca para ver a un Hernando Alberto afable, cordial y asequible con las personas, sus mejores momentos los vivió indiscutiblemente en “San Pacho”.

García Correa se siente honrado de estar en el estadio Ditaires como administrador, su experiencia como la fue adquiriendo desde hace tres años en el Cubo en Escenarios Deportivos: “Del cual creo que  brindamos una tarea buena, con mucho amor, estos son puestos políticos, luego tomaron la decisión que  no estuviera más allí, en el tiempo que estuve creo que hice buena tarea y de verdad extrañaba de volver a estar aquí en Escenarios deportivos”. Indicó Hernando Alberto.

Pero el administrador tiene una misión importante en esta su nueva labor: “La función es volver a colocar el estadio Ditaires un escenario apto para el deporte, es un poco duro porque siempre había estado abandonado, desde la alcaldía nos ayudan bastante a que este escenario esté muy bonito para los eventos deportivos”. Sostiene “Beto”

Al recibir un coloso como lo es el estadio, se encuentran varias prioridades inmediatas a cumplir: “Primero que todo la cancha, el terreno de juego estuvo tres años sin hacerle mantenimiento, aunque se pensó que la íbamos a encontrar en peores condiciones, pero por ahora es la grama”. Subrayó.

Lo otro los servicios públicos y aseo a las tribunas, las cabinas de transmisión, a los palcos principales, entonces es más que todo como labor de aseo y otros detallitos, y ahí vamos dándole porque es un escenario muy grande”. Dijo Hernando Alberto.

Dentro de las posibilidades a futuro, se ha pensado que luego de un buen mantenimiento y por supuesto que el clima cambie, se puedan jugar partidos allí del Intermunicipal y de liga, se aspira que en el próximo año se pueda lograr dicho objetivo.

Siempre soñó con ser el administrador del estadio y ahora que se le dio aprovecha la oportunidad para aprender y coger más experiencia, también entre sus sueños está el ser un asistente o técnico de un equipo, dice que las cosas se dan a su debido tiempo, estar allí le representa tener la oportunidad de aprender al lado de gente del fútbol.

García Correa es una persona bastante laboriosa y como a todo ser humano también le ha tocado los momentos difíciles, sin embargo su gran sentido de servicio y de calidad humana los tiene como su gran legado. Estar en el estadio le da la oportunidad de dejar una huella grande haciendo una buena tarea para cuando le toque irse del coloso de los itagüiseños.

Sus tres nietos son una de sus grandes alegrías, así mismo saber que su señora madre goza de una gran salud.

“Beto”, como cualquier ser humano, también tiene su frustración: “No haber jugado en Atlético Nacional ha sido una de mis grandes frustraciones, en el equipo verdolaga tuve la oportunidad pero por esas cosas de la vida no quise volver a entrenar, el buen fútbol que practicaba seducía y me dejé llevar por los equipos barriales donde me daban “la liguita”, esa situación me marcó porque vi a mis amigos que llegaron al profesionalismo, por mi situación económica de ese entonces no me fue posible seguir en el equipo verde de Antioquia porque allí solo me daban los pasajes”. Recuerda con gran nostalgia Hernando Alberto García Correa.

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