Los 21 que han levantado la Copa (1), hoy la historia de cómo empezó todo


La idea del certamen deportivo más importante del mundo, nace en mayo de 1904 en París.

El Escenario de los Clásicos, inicia este martes 15 de noviembre, una serie previa al Campeonato del Mundo de Fútbol en Catar que, nos llevará hasta el próximo 6 de diciembre y donde le contaremos a todos nuestros lectores, cómo fue la creación de este torneo y los ganadores de los 21 certámenes ecuménicos desde 1930 hasta el más reciente jugado en Rusia en 2018.  

Viajaremos en el tiempo, conoceremos los finalistas, los marcadores del último juego y sus alineaciones, este es un documento exclusivo de nuestro portal, logrado y basado en investigaciones hechas durante varios años, solo al estilo de Alfonso Ramírez Jaramillo, Periodista Acord Colombia y director de nuestro portal.

Así comenzó la locura futbolística más hermosa del mundo:

LA CREACIÓN DEL CAMPEONATO

Los primeros pasos

La idea de crear un campeonato internacional de fútbol surgió en el congreso fundacional de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) celebrado en París-Francia el 21 de mayo de 1904.

El francés Robert Guerín, primer presidente de este organismo por el breve periodo de dos años, y el holandés C.A.W. Hirschmann, primer secretario general, auténticos impulsores de la creación de la Federación Internacional, albergaban la esperanza de organizar un torneo a escala mundial.

En la primera sesión de la FIFA se confió en Hirschmann, precisamente, la redacción de un reglamento por el que se regiría dicho torneo. Sin embargo, las ilusiones de ambos mandatarios no estaban en consonancia con la aun escasa dimensión del fútbol europeo.

Al congreso para la fundación de la FIFA solo habían asistido representantes de ocho naciones del viejo continente: Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Holanda, Suecia y Suiza.

Algunas carecían aún de una federación nacional consolidada, los clubes eran escasos y se celebraban pocas competiciones nacionales y, aún menos, internacionales.   

Un año después de su fundación, la FIFA había aumentado a once el número de afiliados mediante la incorporación Italia, Hungría y Austria. Guerín y Hirschmann creyeron que ya había llegado el momento de relanzar la idea de un campeonato internacional, idea que expusieron en el congreso de abril de 1905.

En aquella ocasión se acordó que los países afiliados más las cuatro federaciones británicas, todavía no asociadas- Inglaterra se afilio en 1906 y Escocia, Irlanda y Gales en 1910-pero simpatizaron en principio con el proyecto, se distribuirían en cuatro grupos que habrían de disputar una ronda eliminatoria.

La fase final tendría lugar en Suiza el año siguiente y ella concurrirían los ganadores de cada uno de los grupos que quedaron configurados de esta forma:

  1. Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda.
  2. España, Francia, Bélgica y Holanda.
  3. Suiza, Italia, Austria y Hungría.
  4. Alemania, Dinamarca y Suecia.

Cuando el 31 de agosto de 1905 terminó el plazo para la recepción de inscripciones, ninguno de los países invitados, ni siquiera Suiza en su calidad de anfitrión, habían formalizado su solicitud, fue el delegado inglés quien firmó la muerte de la iniciativa en los siguientes términos: “La FIFA todavía no está fundada sobre bases suficientemente estables para emprender la creación de un campeonato internacional….”   

La iniciativa entonces, quedó nuevamente postergada y el inglés D.B. Woolfall, que en 1906 sustituyó a Robert Guerín en la presidencia de la FIFA, no demostró interés en impulsarla.

La entrada por la puerta Olímpica

Por primera vez en la historia del olimpismo, el fútbol fue admitido en los Juegos Olímpicos celebrados en Londres en 1908, solo intervinieron en aquella ocasión seis selecciones, dos de las cuales representaban a Francia. El torneo certificó la supremacía de los amateurs de Gran Bretaña que, se alzaron con la medalla de oro al vencer en la final a Dinamarca por 2 x 0. Para Holanda que triunfó sobre Suecia 2 x 1 en el encuentro por el tercer lugar, fue medalla de bronce.

Cuatro años más tarde, en los Juegos Olímpicos de Estocolmo, participaron once selecciones: Alemania, Austria, Finlandia, Italia, Suecia, Holanda, Rusia, Inglaterra, Hungría, Noruega y Dinamarca. De nuevo disputaron la medalla de oro Gran Bretaña y Dinamarca, también en esa ocasión el triunfo fue para los británicos (4-2). La medalla de bronce volvió a quedar en manos de Holanda que ganó el encuentro del tercer puesto a Finlandia (9-0).

Los Juegos Olímpicos demostraron a los dirigentes de la FIFA que la celebración de un campeonato de fútbol a escala internacional había dejado de ser una utopía. Así se consideró en el congreso celebrado en Cristiania (actual Oslo) en 1914, al que asistió el francés Jules Rimet.

Este, junto a su compatriota Henri Delaunay, tomó la firme resolución de impulsar definitivamente la consolidación del campeonato. Sin embargo, tampoco en esta reunión se establecieron las bases para que la Copa del Mundo tomara efectivamente carta de naturaleza.

El representante de Suiza propuso que los torneos olímpicos fueran homologados como campeonatos mundiales de aficionados, pero la propuesta no prosperó por la oposición que mostraron las delegaciones de Suecia y Estados Unidos.

La Primera Guerra Mundial, entre 1914 y 1918, significó un obligado y triste paréntesis tanto para el calendario olímpico, como para las reuniones de trabajo de la FIFA. Pero la celebración de los Juegos Olímpicos de 1920 en la ciudad belga de Amberes, representó la vuelta a la normalidad y sirvió para comprobar, pese al conflicto bélico, el auge que había experimentado el fútbol en Europa durante las dos primeras décadas del siglo.

El 1 de marzo de 1924, Jules Rimet fue elegido presidente de la FIFA. Desde el primer momento se trazó una idea matriz para consolidar la influencia y el prestigio de este organismo a nivel mundial: La creación de un campeonato al margen de la tutela y los condicionamientos olímpicos.

Decisión final en Barcelona

El 10 de diciembre de 1926 el comité ejecutivo de la FIFA, reunido en París, nombró una comisión para que estudiara una fórmula que hiciera viable la celebración de un campeonato del mundo.

El organismo se reunió el 5 de febrero de 1927 y elaboró un proyecto de competición que fue enviado a todas las delegaciones que acudirían al congreso de la FIFA que debía celebrarse en Helsingfors del 3 al 5 de junio.

La definición quedo aplazada para el congreso que la federación internacional celebraría el año siguiente en Ámsterdam, coincidiendo con los Juegos Olímpicos en la capital holandesa.

En esa ocasión, Henri Delaunay fue el encargado de defender el 26 de mayo de 1928, el texto redactado por la comisión. En contra de algunas voces que afirmaron que el torneo olímpico debía ser considerado un autentico campeonato mundial, Delaunay sostuvo que la condición de jugadores amateurs que se les exigía a los participantes en la olimpiada, impedía que cada país acudiese a los juegos con sus mejores equipos, en tanto que el Campeonato del Mundo estaría abierto a todos los jugadores “fueran profesionales, amateurs u otros”, sin establecer ningún estatuto particular.

La proporción se sometió a votación, esta fue aceptada por 23 votos a favor, 5 en contra (entre ellos los países escandinavos) y una abstención (Alemania). La comisión de la FIFA prosiguió sus trabajos para presentar en el congreso que se celebraría al año siguiente en Barcelona-España, unas normas generales por las que se regularían los Campeonatos del Mundo.

El 8 de septiembre de 1928 en Zurich, la comisión dio a conocer los cuatro puntos por los que se regiría el campeonato:

  1. La FIFA organizará cada cuatro años a partir de 1930, un campeonato mundial de fútbol.
  2. En el mismo podrán inscribirse todas las asociaciones nacionales pertenecientes a la FIFA.
  3. Se sortearán los países participantes.
  4. Si se inscriben más de 30 países, se podrán establecer encuentros eliminatorios.

La aprobación de estos principios se produjo en el congreso de la FIFA celerado el 18 de mayo de 1929 en Barcelona, donde se establecieron también las condiciones financieras y deportivas del torneo.

El país organizador correría con todos los gastos y el sistema de competición sería el de copa a un solo encuentro, es decir, sucesivas eliminatorias por sorteo hasta llegar a la final. Además de Uruguay que resultaría la elegida como sede por aclamación, se habían presentado las candidaturas de: Holanda, Suecia, Hungría, Italia y España que, fueron desestimadas por los congresistas.

Ganador de la medalla de oro de los juegos Olímpicos de 1924 y 1928, la mayoría de los reunidos en el congreso, decidió que era de justicia conceder a Uruguay el honor de albergar la primera Copa del Mundo que, además coincidiría con la celebración del centenario de su organización constitucional. Los uruguayos prometieron, por su lado, edificar un estadio con capacidad para 108.000 espectadores.  

El torneo se denominó Campeonato Mundial de Fútbol “Copa Jules Rimet” en homenaje al hombre que sufrió mayores desvelos para que alcanzase el éxito.

Finalmente, se estipuló que la nación ganadora de cada campeonato, guardaría la copa en depósito hasta la celebración del torneo siguiente, cuatro años mas tarde y que, el trofeo pasaría a ser propiedad de la nación que ganase el Campeonato del Mundo en tres ocasiones.

La Copa Jules Rimet fue definitivamente obtenida por Brasil en el año 1970, cuando ganó por tercera vez el título en la edición del certamen celebrado en México. A partir de 1974, el trofeo en litigio es la Copa Mundial de la FIFA.

 

Bibliografía

Archivos de

El Colombiano

El Espectador

El Tiempo

Enciclopedia Mundial del Fútbol

Nuevo Estadio

Diario Marca

La historia de la Copa del Mundo

Suramérica en la Copa del Mundo

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