La historia detrás de las canciones Inch’allah - Salvatore Adamo


El tema musical hizo parte del primer “Grandes éxitos en español” de Salvatore Adamo, en Colombia se escucharía esa canción a finales de los años sesentas.

INCH’ALLAH (Quiera Dios), es una canción Judía que Salvatore Adamo compuso en el año 1967, el siciliano (Adamo nació en la isla de Sicilia-Italia y a los 3 años su familia se trasladó a Bélgica), en una gira que hizo en ese año que lo llevaría por Beirut y Jerusalén, conoció más de fondo la tristeza de un pueblo que vio  caer más seis millones de sus compatriotas ante la barbarie de Hitler.

La canción en sí, es más bien un poema que mezclado con una música propia de lamento, hace que el cantante haga un homenaje al pueblo judío, en español la canción se llamó (Quiera Dios), el vocalista italiano hace un recuento emocional de los mártires caídos en ese inmisericorde holocausto.

Hoy, el tema INCHA’ALLAH, es un clásico del vocalista Ítalo-Belga-Francés, que vive en la memoria de todos los escuchas de un género musical, quedando tatuado en la mente y el recuerdo de los que vivimos esa época maravillosa y dorada de la balada de los años 70’s.

Letra de Inch’ allah

A oriente fui y vi lucir, la luna como pabellón, 
quise soñar versificar, cantando al mundo la razón. 

Más cuando vi Jerusalén, cual amapola en la aridez, 
yo pude oír un réquiem cuando al hablarle me asomé. 

Por más que tú, rezando vas, capilla humilde por la paz, 
no puedes ver, que dice allí: 'Peligro' la frontera es. 

Y va la fuente a aquél camino, querrás el cántaro bien llenar, 
detente María Magdalena, porque tu cuerpo no Valera cuan... 

Inch Allah, Inch Allah, Dios lo quiera, Inch Allah. 

El olivar, no sombreó y ya la esposa no vendrá, 
pues bajo escombros se durmió, y preso en tierra extraña está. 

Rondando va a una flor y en alambrada 
un ruiseñor, 
fuera de sí la gente está y a todos quieren repudiar. 

Escúchame Dios de los cielos, tú, que gobiernas todo el mundo, 
en Israel sagrado suelo, hay niños sin saber reír... 

Inch'allah, Inch'allah, Dios lo quiera, Inch'allah. 

Lo que ahí, se ensangrentó, mañana ya 
se lavará, la calle se hace con valor y el cuerpo adoquín será. 

Más si yo vi Jerusalén, cuan amapola en la aridez, 
y siempre oigo un réquiem cuando al hablarle me asomo. 

Réquiem por seis millones de almas, que no tienen mausoleo de mármol y que a pesar de la arena infame ha hecho crecer seis millones de árboles... 
Inch Allah, Inch Allah, Dios lo quiera... Inch Allah...

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